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Navegando contra un naufragio

Nuevos pasos de ciertos países europeos atizan el conflicto Rusia-Ucrania, cuando es preciso preservar el camino hacia la negociación

Autor:

Marina Menéndez Quintero

La propuesta formulada por Rusia a la contraparte ucraniana para reunirse el 2 de junio y continuar los esfuerzos negociadores, llega en una coyuntura en que parece urgente insuflar oxígeno al muy incipiente diálogo, y rebasar los nuevos esfuerzos de ciertos países europeos para que se desmonte la mesa y frustrar la posibilidad de un acuerdo. O darle largas, y facilitar el rearme de Kiev que buscaban con la tregua de 30 días, de modo que esta vuelva a la mesa con mejores posiciones bélicas.

Fue el canciller alemán, Friedrich Merz, quien dio a conocer la decisión —según dijo, tomada también por Francia, Gran Bretaña, e incluso por Estados Unidos—, de permitir a Ucrania el uso de las armas de largo alcance que le han entregado, contra lo profundo del territorio ruso. Se trata de un verdadero peligro que amenaza a la población civil.

Ello anticipa un recalentamiento del conflicto, que transcurre ya bajo los ataques ucranianos a zonas pobladas de Rusia, lo que ha motivado que Moscú respondiera con la interceptación y derribo de decenas de drones lanzados por Kiev a distintos territorios rusos esta semana. Solo en una noche, la defensa antiaérea rusa derribó 296 de esos vehículos aéreos no tripulados tipo avión, se reportó, sobre 13 provincias, incluidos 33 drones sobre la capital.

Previsoramente, el representante adjunto de Rusia ante la ONU, Dimitri Polianski, anunció que pediría una reunión al Consejo de Seguridad ante lo que denominó el «sabotaje» de Europa a los esfuerzos de paz en Ucrania.

En ese contexto, asumir el nuevo encuentro propuesto por la delegación designada por el Kremlin, pudiera detener una espiral bélica que ya parecía en retroceso. No es una iniciativa de hoy. Volver a encontrarse fue uno de los tres acuerdos anunciados tras la primera cita de ambas delegaciones, el 16 de mayo pasado.

El canje de mil prisioneros de ambas partes se concretó esta semana, y el otro establecía la elaboración por Moscú y Kiev de sus respectivos documentos, con los análisis en torno a las condiciones necesarias para el alto el fuego. Según anunció el canciller Serguei Lavrov hace dos días, su país tiene listo un memorando acerca de lo que llamó «la superación de las causas profundas de la crisis».

Ello ratifica que el concepto de cese de hostilidades de Moscú es definitivo, por eso espera que antes se analicen y haya compromisos serios para subsanar las causas que dieron origen a la guerra.

«Nuestra delegación, encabezada por Vladimir Medinsky, está dispuesta a presentar este memorando a la delegación ucraniana y a proporcionar las explicaciones necesarias durante la segunda ronda de conversaciones directas en Estambul el próximo lunes 2 de junio», señaló Lavrov.

En el ínterin, otra propuesta del gobierno encabezado por Volodmyr Zelenski, quiso otra vez poner en duda la voluntad negociadora de Moscú. Su reiterada proposición a un encuentro bilateral entre él y el presidente ruso Vladimir Putin ya fue rebasada por el Kremlin hace dos semanas cuando, como ahora, antepuso que para ello se hayan dado, antes, pasos sólidos en el proceso para una salida política.

Insistir en tal encuentro ahora solo entorpecería el camino hacia una negociación en la que media Turkiye como sede de los encuentros, e iniciada con el auspicio de Estados Unidos, que en los últimos días ha dado a conocer declaraciones que parecer querer presionar a Moscú, lo que torna su posición ambigua.

El ambiente hacia la solución política parece enrarecerse, cuando es preciso que no se contamine. Por el momento, la guerra prosigue.

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