Del 26 al 28 de octubre, durante su 38vo. período de sesiones, la #CEPAL rendirá cuenta de la labor realizada en los últimos dos años y se definirán los mandatos que orientarán su trabajo durante el próximo bienio. Autor: Juventud Rebelde Publicado: 25/10/2020 | 02:05 am
«Sin que nadie quede atrás», alcanzar el desarrollo sostenible de América Latina y el Caribe, esa fue la voluntad de trabajo ratificada por Cuba en mayo de 2018, cuando asumió el liderazgo de la Cepal. En este octubre de 2020 entrega esa presidencia pro tempore a Costa Rica en circunstancia especial y nada favorable, signada por la pandemia del SARS-CoV-2, que estremece a la región desde hace ya ocho meses, y ha provocado una crisis económica considerada como la más profunda en los últimos cien años por Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva del organismo.
Los nexos Sur-Sur, para enfrentar la ineficiencia de la desigualdad en la región y buscar soluciones a los problemas que compartimos las naciones latinoamericanas y caribeñas, ocupaban el espacio entonces en la agenda del liderazgo cubano durante aquel 37mo. período de sesiones de la Cepal que celebraba en La Habana el aniversario 70 de su constitución, y la Mayor de las Antillas recibía el batón de manos mexicanas.
Responsabilidad que implicaba trabajar por la unidad en la diversidad entre los 46 Estados miembros (pues esta comisión regional de las Naciones Unidas incluye a algunos países de América del Norte, Europa y Asia con vínculos históricos, económicos y culturales con la región) y los 14 asociados, condición jurídica acordada para algunos territorios no independientes del Caribe.
La decisión de 2018 de entregarle la presidencia de la Cepal a Cuba —una de las naciones fundadoras del organismo en 1948— era un reconocimiento al actuar integrador del país caribeño y a sus esfuerzos en ese sentido, aun siendo un país sometido al bloqueo impuesto por el Gobierno de Estados Unidos, ostensible obstáculo a sus posibilidades de cooperar, favorecer y apuntalar esos objetivos.
La determinación política y estratégica era promover la integración regional con la inserción plena del Caribe, no solo como principio del actuar internacional cubano, sino que esos nexos ocupaban uno de los primeros espacios del programa de trabajo de la Cepal hasta 2020, y la intención cubana era impulsarla, remarcada por la necesidad de un
crecimiento económico sostenible e inclusivo.
Al pasar revista a los casi dos años y medio de actuar de Cuba al frente del Foro de los países de América Latina y el Caribe sobre Desarrollo Sostenible y del Comité de Cooperación Sur-Sur de la Cepal, Rodrigo Malmierca Díaz, ministro del Comercio Exterior y la Inversión
Extranjera, detalló —en una reciente entrevista concedida al sitio web Cubadebate— que esa labor se enfocó en esas tres líneas fundamentales: el avance en la implementación de la Agenda 2030 en la región, el fortalecimiento de la Cooperación Sur-Sur y la priorización del Caribe. Todo un reto para la Mayor de las Antillas.
El titular del Mincex destacó que siempre ha sido un principio de la política exterior cubana la integración de Latinoamérica y la cooperación internacionalista y solidaria con los países de la región, y en ello tenía la experiencia previa de la Presidencia pro tempore de la Celac.
Apuntó que para el desempeño de la tarea confiada, el Gobierno cubano «aprobó la “Estrategia de la Presidencia pro tempore cubana de la Cepal”, un documento que estableció los objetivos esenciales y una serie de acciones a desarrollar, así como un plan de acción para su ejecución y, al mismo tiempo, se mantuvo un estrecho vínculo de trabajo con otros Órganos de la Administración Central del Estado y entidades nacionales, especialmente aquellos que son pilares del Grupo Nacional cubano para la implementación de la Agenda 2030 en el país».
Una relación de lo desarrollado en la etapa de la presidencia cubana incluye la realización en abril de 2019, en Santiago de Chile, ciudad sede de la Cepal, en coordinación con este organismo, de la 3ra. Reunión del Foro de los Países de América Latina y el Caribe sobre el Desarrollo Sostenible, que dio seguimiento de la Agenda 2030 en la región, en el cual participaron más de 1 200 personas .
En aquella ocasión, el ministro Rodrigo Malmierca, quien presidía por Cuba esa reunión, señaló que el «tercer Foro ha sido muy importante, ya que hemos discutido todos los temas, manteniendo el principio de ”no
dejar a nadie atrás“ y poniendo al Caribe primero, tal como nos ha señalado la Cepal», e invitaba a la 4ta. Reunión en La Habana, en abril de 2020, pero la pandemia impidió ese encuentro de manera presencial.
Otros 50 eventos paralelos acompañaron el accionar cubano en relación con el Foro; y respecto al Comité de Cooperación Sur-Sur, el ministro Malmierca destacó como principal resultado «el acompañamiento que desde este órgano subsidiario le brindamos al proceso regional e internacional asociado a la celebración de la 2da. Conferencia de Alto Nivel de las Naciones Unidas para la Cooperación Sur-Sur (PABA+40)», y donde Cuba representó y trasladó las posiciones y los intereses colegiados de la región.
Imprescindible en el aspecto de la cooperación realizada es la cooperación médica cubana, incrementada durante la pandemia con las brigadas
internacionalistas Henry Reeve, basada en la experiencia de años acumulada por el sistema de salud y las brigadas de colaboración médica internacional.
Parte importante de esta etapa es la visibilidad y la atención que se le dio al Caribe, subregión a la que la presidencia cubana dedicó su 37mo. período de sesiones y mucho de su trabajo.
Este lunes 26 de octubre, se realizará la ceremonia de traspaso de la presidencia pro tempore de la Cepal a Costa Rica, de manera inédita por las imposiciones que ha puesto la COVID-19.
Cuba venció un reto y entrega el liderazgo, pero no el compromiso con esta América nuestra, el de trabajar por su integración y desarrollo económico y social, a lo que seguirá dando todos los esfuerzos que sean posibles, y mucho más, acompañando la activa comisión económica y su impacto en la vida de nuestra área geográfica.
Bien se conocen los desafíos que deben enfrentar Costa Rica y la Cepal, que ha declarado que la pandemia ha provocado la pérdida de una década de desarrollo por sus efectos económicos, sociales y financieros, un contexto desfavorable, un escenario internacional de crisis, donde el PIB regional ha caído -9,1 por ciento, retroceso que el organismo de la ONU considera que ha llevado a la región al año 2010.
El reto es grande; sin embargo, Cuba siempre estará presente y también espera que la Cepal continúe acompañando los esfuerzos nacionales, facilitando y promoviendo el intercambio de experiencias, de los conocimientos técnicos y de la información que contribuyan y posibiliten la consecución de la Agenda para el Desarrollo, «sin dejar a nadie atrás».
Ha sido una presidencia excepcional
Alicia Bárcena, secretaria Ejecutiva de la Cepal:
«Cuba ha ejercido una gran presidencia, con liderazgo, compromiso y convicción, poniendo en funcionamiento su experiencia diplomática y de cooperación sur-sur al servicio de toda la región. Nos inspiró, nos deja un legado profundo de ideas, de conceptos, con su gran claridad, para fortalecer la unión de América Latina y el Caribe, más allá de las diferencias bilaterales.
«Ha sido una presidencia excepcional, excelente, y les ha tocado acompañarnos en el marco de esta pandemia, mostrando capacidad de reacción inmediata, que se requiere en momentos como estos. En la Cepal, por supuesto que extrañaremos el liderazgo de Cuba, pero no a Cuba, porque a pesar de que está entregando la presidencia va a seguir, estoy segura, desempeñando un rol muy activo y muy importante como país miembro de la Cepal».
(Fragmentos de una entrevista concedida a Arleen Rodríguez Derivet, para Cubadebate)