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Una policía militarizada en el escenario «bélico» de las ciudades estadounidenses. Autor: AFP Publicado: 15/06/2020 | 09:59 pm
WASHINGTON, junio 15.— Cuando la policía estadounidense inundó las calles alrededor del país para enfrentarse a los manifestantes hace ya más de dos semanas, para muchos parecía que el ejército se había desplegado, por sus uniformes de camuflaje y equipo de combate, vehículos antiminas fuertemente blindados y armas de asalto de alta potencia. Eso no es por accidente. Durante años, el Departamento de Defensa de Estados Unidos ha estado entregando su equipo excedente de forma gratuita a los departamentos de policía, y los departamentos, grandes y pequeños, se han deleitado con él, reportó AFP.
Esa militarización general de la policía también refrenda la justeza de las manifestaciones masivas a nivel nacional contra el abuso policial y sus tácticas mortales, que comenzaron después del asesinato el 25 de mayo de un afroamericano esposado, George Floyd, por el oficial de policía de Minneapolis, Derek Chauvin, auxiliado por otros tres agentes, Thomas Lane y J. Alexander Kueng —quienes lo mantenían inmovilizado contra el pavimento— y Tou Thao, ocupado en controlar a los presentes, que le advertían inútilmente que lo estaban asfixiando, pero también grababan la escena del crimen.
Tan pronto comenzaron las protestas en Minneapolis, el Departamento de Policía de la ciudad desplegó vehículos blindados que —comentaba AFP— «parecían más adecuados para los campos de batalla de Oriente Medio».
Ese armamento lo poseen tanto grandes como pequeñas ciudades en Estados Unidos, y así, por ejemplo, los diez policías en Ada, Oklahoma, una localidad de 16 000 habitantes, tienen desde julio del año pasado un carro blindado antiminas y desde mucho antes en su arsenal están 34 fusiles de asalto M-16.
Agrega el comentario de la agencia noticiosa francesa que en un país donde muchos civiles tienen sus propias armas y son frecuentes los tiroteos, sucede que en las 47 escuelas primarias y secundarias del Distrito de la Bahía en Panama City, estado de Florida, hubo no menos de 27 rifles de asalto y dos vehículos blindados resistentes a minas en 2012 y 2013.
Todo esto le ha permitido, por el Programa 1033 de excedentes del Pentágono, que existe desde 1997, la distribución de su equipo usado y también nuevo a las fuerzas policiales del país, desde pistolas hasta helicópteros y vehículos blindados, por un valor de alrededor de 8 600 millones de dólares.
En el año 2015, la administración de Barack Obama limitó este programa, pero en 2017, el presidente Donald Trump lo reactivó, y bajo el Programa 1033, solo en ese primer año, unas 500 millones de piezas de equipamiento militar fueron transferidas a los servicios policiacos alrededor de Estados Unidos.
Pero las recientes protestas han dado pie a los esfuerzos para detener esa transferencia y alrededor de 200 legisladores en el Congreso, en su mayoría demócratas, patrocinan un proyecto de ley, la «Stop Militarizing Law Enforcement Act», para volver a detener el programa que militariza a las fuerzas de «la ley y el orden», cuyos métodos represivos muestran también un marcado racismo.
Otro proyecto paralelo se ha preparado para el Senado.
