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Ambos mandatarios conversaron sin tapujos en Helsinki. Autor: Prensa Latina Publicado: 15/10/2018 | 12:55 pm
Las conversaciones del pasado 16 de julio en la capital finlandesa fueron fuertes, pues se trataron todos los temas del diferendo bilateral y se llamaron las cosas por su nombre, declaró el vocero presidencial ruso, Dmitri Peskov.
Fueron dos horas de pláticas cara a cara de Putin y Trump, donde se expusieron las posiciones de cada parte, sin tapujos, comentó el portavoz, pero nunca sin salirse de las normas de la «decencia diplomática», explicó Peskov.
Las aclaraciones del vocero se conocen después que el mandatario estadounidense comentó que su encuentro con Putin fue muy duro, al responder una pregunta de la televisión de su país sobre las razones por las cuales se abstenía de criticar al jefe de Estado ruso.
En la cita de Helsinki, también se realizó un almuerzo de trabajo a nivel de delegaciones, a lo cual siguió una conferencia de prensa conjunta, donde afloraron las diferencias de posiciones de Moscú y Washington.
La reunión en la capital finlandesa fue la primera de ambos mandatarios desde la llegada de Trump a la Casa Blanca en enero de 2017.
Washington y Moscú difieren en el tratamiento del conflicto en Siria y la confrontación en el sureste ucraniano, mientras la Casa Blanca acusa al Kremlin, sin pruebas, de interferir en sus asuntos internos, incluido mediante el espionaje cibernético.
Pese a la inexistencia de prueba alguna, Estados Unidos utilizó los referidos argumentos para imponer varias rondas de sanciones unilaterales contra Rusia que abarcaron la esfera energética, la industria militar y algunos sectores de la rama espacial.
Medios de prensa locales consideran que la aplicación de restricciones por Washington busca frenar las posibilidades de desarrollo económico de esta nación que, entre otras cosas, le permitió modernizar en los últimos años sus fuerzas armadas y revertir el efecto de las sanciones.
Putin destacó que las medidas coercitivas obligaron al país a invertir en el desarrollo de su agricultura, para sustituir productos que quedaron vedados con las contramedidas de Moscú, lo cual llevó a que el pasado año esa rama superara a la industria militar en las exportaciones.
El complejo militar industrial vendió armamentos por unos 15 mil millones de dólares, mientras la agricultura superó los 20 mil millones, destacó el mandatario ruso.
