Senadora Gleisi Hoffman del PT y Renan Calheiros discuten durante el juicio en el Senado. Autor: Folha de Sao Paulo Publicado: 21/09/2017 | 06:37 pm
BRASILIA, agosto 26.— «Esto es un golpe claro contra una presidenta honesta», aseguró la senadora Fátima Bezerra, del Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil, quien cuestionó la «falta de pruebas para imputarla», durante la segunda jornada del proceso de impeachment en el Senado, y que se caracterizó por los gritos y el caos.
«Los testigos que trajo la oposición no pudieron aportar nada», citó ANSA a Bezerra, quien subrayó: «Si sirviera para algo esta farsa del impeachment, es para demostrar, como está siendo demostrado, que Dilma Rousseff no cometió ningún delito, es un golpe contra quien fue votada por 54 millones de ciudadanos».
Bezerra, al igual que otros legisladores del PT, como el senador Jorge Vianna, anticiparon que si el Senado vota por la condena de Rousseff, el caso será llevado al Supremo Tribunal Federal.
«Todo este proceso fue un embuste, no se respetó el derecho de defensa de la presidenta, iremos al Supremo Tribunal y a donde sea necesario», señaló Vianna a una radio de Brasilia.
Mientras, una información comentada de AFP sobre el cuerpo legislativo que está dando el punto final al golpe preparado contra la mandataria, afirmaba: «El Senado de Brasil es muy estricto en cuanto a normas de decoro, al punto de no permitir que los hombres entren al recinto sin saco o corbata. Pero cuando se trata de denuncias de corrupción, los legisladores que ahora ofician de jueces de Dilma Rousseff, son bastante más laxos».
La organización Transparencia Brasil —dijo AFP— reveló que un 59 por ciento de los 81 senadores, que decidirán si la mandataria es destituida definitivamente de su cargo, han sido condenados, acusados o investigados por crímenes en algún momento, y el mismo porcentaje se repite en la Cámara de Diputados, que dio luz verde al inicio de este proceso hace nueve meses.
Rousseff está acusada de manipular ilegalmente las cuentas del gobierno para disfrazar el déficit fiscal de la crisis. Sin embargo, ese supuesto crimen que viola las normas fiscales contempladas en la Constitución, no sugiere que sea corrupta, agrega la agencia noticiosa francesa.
No se puede decir lo mismo de muchos de los que han ocupado una silla del Congreso en los últimos años, que cuentan con un extenso prontuario que incluyen desde acusaciones de malversación y compra de votos, hasta presunto homicidio, y recuerda que Brasil aparece en el puesto 76 del Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional.
Entre los «peces gordos» implicados en crímenes incluyen al presidente del Senado, Renan Calheiros (del Partido del Movimiento de la Democracia Brasileña (PMDB), del mandatario interino Michel Temer), acusado de recibir millones de dólares en sobornos, junto a otros políticos y líderes empresariales, enmarcados en la multimillonaria trama de corrupción de la estatal petrolera Petrobras. También pone en la lista al senador Aecio Neves, que perdió las elecciones en 2014 ante Rousseff, investigado por aceptar sobornos y su familia está en la mira por una cuenta bancaria secreta en Liechtenstein, el cual sería candidato nuevamente en 2018.
Con varios senadores gritando a la vez, el jefe de justicia Ricardo Lewandowski, quien está presidiendo el juicio en el Senado, pidió un receso de cinco minutos, luego cambió de opinión y dijo que el órgano legislativo reanudaría sesiones después de almorzar, cuando se preveía que testigos de la defensa declararan este viernes.
Dice DPA que simpatizantes y opositores de Rousseff intercambiaron insultos en una agitada sesión que mostró que la antesala a una votación final prevista para el miércoles por la mañana estará cargada de tensión.
Varios días de testimonios, incluyendo un discurso de Rousseff el lunes, culminarán con esa votación final.
En mayo, el Senado votó para impugnar y suspender a Rousseff por 180 días mientras se preparaba el juicio.
Se prevé que el proceso culmine con la remoción de Rousseff del cargo de presidenta. Si eso sucede, su vicepresidente, Michel Temer, será confirmado como presidente durante el resto de su mandato hasta 2018.