CARACAS.— Como un éxito para Venezuela y para la unidad latinoamericana y caribeña, calificó la Cancillería bolivariana la gira del presidente Nicolás Maduro por tres países del Mercosur: Uruguay, Argentina y Brasil.
La visita permitió consolidar aún más los fuertes lazos políticos del bloque y, también, la firma de 51 acuerdos en el área de energía, alimentación e industrialización, informó el vicepresidente político y ministro de Exteriores, Elías Jaua.
El Estado sudamericano y caribeño se ratificó como un proveedor seguro de hidrocarburos al Mercosur, y se agenció nuevos acuerdos para su desarrollo agrícola e industrial.
Según las declaraciones de Jaua, entre los convenios inmediatos está el suministro por parte de Uruguay y Argentina de rubros alimentarios como carne y leche, entre otros.
La próxima llegada a Venezuela de comestibles y artículos de higiene desde el Mercosur permitirá enfrentar el actual desabastecimiento en el país, provocado, en primera instancia —aunque no la única—, por la estrategia de acaparamiento y especulación que ha implementado la derecha local e internacional.
La escasez de ofertas en la red minorista se ha convertido en un arma política de la reacción para generar zozobra y protesta, y servir de matriz a las campañas antigubernamentales de los medios privados locales y transnacionales.
Durante su gira por países del Mercosur, el presidente Nicolás Maduro también logró que se fortaleciera, con planes a mediano plazo, la capacidad exportadora no tradicional de Venezuela al bloque integracionista, en especial a Brasil.
Caracas sostiene con el gigante vecino una desfavorable balanza comercial, la cual se aminorará con la apertura de líneas de suministro al norte brasileño de urea y coque verde, dos derivados del petróleo que se producirán en fábricas asentadas en la Faja del Orinoco con participación bilateral.
La avanzada regional de Nicolás Maduro a menos de un mes de haber sido electo como Presidente constitucional de Venezuela por estrecho margen —no se puede olvidar—, ha sido manipulada por la reacción como «un esfuerzo de legitimación», ante la postura de esa derecha de desconocer los resultados de las elecciones del 14 de abril (14-A).
Eso es puro marketing; la oposición «recalcitrante» lo sabe. En realidad, estamos asistiendo a una agresiva política internacional del Gobierno bolivariano, pero nada que ver con «legitimaciones». De hecho, la comunidad internacional en pleno, excepto EE.UU. y sus más fervientes satélites, que son pocos, ha reconocido la victoria del chavismo.
Opinión del redactor
La agresiva política internacional que está desarrollando el Gobierno bolivariano está muy bien pensada. Tiene los pies sobre la tierra. Primero fue PetroCaribe, el fin de semana anterior; ahora, Mercosur.
Como es de esperar en política, habrá un grupo de acuerdos y cuestiones concretas que nunca, al menos a corto plazo, se harán públicas, pero de hecho —al parecer— el Gobierno bolivariano sabe lo que está haciendo.
Maduro se «está moviendo», y muy bien, en la alta política.
La Revolución Bolivariana está abocada a más de una corrección en su estrategia económica, tanto interna como en el plano internacional. Y lo está haciendo. ¿De forma correcta o errada? No sé. No hay manera de saberlo. Solo el tiempo lo dirá. Pero lo importante es que «se mueve».
En lo regional, parece que Mercosur hará gala del talante independiente que lo ha caracterizado en la última década, luego del ascenso al poder en el período de brillantes y agudos líderes progresistas.
El bloque, cuya presidencia asumirá en junio próximo Caracas, está integrado, además, por Paraguay, que deberá incorporarse en pleno derecho en agosto, tras el golpe de Estado parlamentario de hace un año y la próxima asunción de un nuevo presidente electo.
Para más señas, no olvidemos que en Mercosur coinciden tres de las cuatro economías más poderosas del área latino-caribeña: Brasil, Argentina y Venezuela.