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Beijing, 30 Las extensas maniobras militares celebradas durante dos meses entre fuerzas de Sudcorea y Estados Unidos terminaron este martes, en medio de crecientes tensiones en la península coreana creadas en parte por esos ejercicios amenazantes para Norcorea, informa PL.
Pyongyang ha condenado esos ensayos en sus alrededores por considerarlos señal de un posible golpe nuclear en su contra y los rechazó con la adopción de una serie de contramedidas que han roto los pocos vínculos que quedaban entre las dos partes de la península.
En protesta por estas maniobras y por la adopción de resoluciones en su contra por el Consejo de Seguridad de la ONU bajo liderazgo de Estados Unidos, la República Popular Democrática de Corea (RPDC) decidió anular el armisticio suscrito entre las dos partes al fin de la guerra en 1953.
En las maniobras militares de dos meses, bajo el nombre de Foal Eagle, participaron 10 mil soldados estadounidenses y 200 mil surcoreanos, con el respaldo de dos bombarderos B-22 y dos B-2 Spirits, ambos con misiles nucleares, entre otros armamentos sofisticados.
Al respecto la RPDC insistió repetidamente en que se trataba de «acciones irresponsables y peligrosas».
A la anulación del tratado de armisticio que puso fin a la Guerra de Corea (1950-53), siguió el anuncio de las autoridades de Pyongyang que el país había entrado en estado de guerra con Sudcorea y las amenazas de cerrar el complejo industrial que ambas partes administran en Kaesong.
En esa localidad fronteriza cercana al paralelo 38 están radicadas 123 empresas y fábricas sudcoreanas que dan empleo a 53 mil norcoreanos, quienes fueron retirados de sus puestos el 9 de abril, como represalia a las protestas surcoreanas por el posible cierre del parque industrial.
Seguidamente, Seúl decidió retirar todos sus trabajadores y empresarios, con excepción de siete, de Kaesong.
Expertos en esta capital señalan que la detención de las operaciones en Kaesong es muestra palpable de las tensiones entre las dos partes de la península, ya que ese era el único proyecto conjunto que desarrollaban Norcorea y Sudcorea.
Esta crisis bilateral, considerada la peor en años recientes, provoca gran preocupación a países asiáticos y de otras partes del mundo, que insisten en la necesidad de que Pyongyang y Seúl regresen a la mesa de negociaciones para solucionar por vías pacíficas sus diferencias.
En ese sentido, el gobierno de Beijing ha reiterado la importancia de retornar a las negociaciones a seis bandas (China, Japón, Estados Unidos, Rusia, Sudcorea y la RPDC) para logar la paz en la región y la desnuclearización de la península.
