Nicolás Maduro recibió el homenaje de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, como su Comandante en Jefe. Autor: AVN Publicado: 21/09/2017 | 05:33 pm
CARACAS.— El chavismo tiene la capacidad de multiplicarse en miles de miles en uno, dos, cinco, siete espacios a la vez.
Volvió a ocurrir ayer, durante la juramentación de Nicolás Maduro como Presidente constitucional de la República Bolivariana de Venezuela para el período 2013-2019.
Una apretada multitud se aglutinó en el centro de la capital para acompañarlo en los alrededores del Palacio Legislativo cuando se le colocaran sus atributos como Jefe de Estado.
Miles más lo arroparon en el Paseo de los Próceres, en Fuerte Tiuna, durante la parada cívico-militar donde se le rindió honores como Comandante en Jefe de las fuerzas armadas.
Venezuela es como un thriller. Constante acción. En este país no se descansa. Y siempre te sorprende. Pese a las tensiones de estos días, a la violencia generada, a lo cerrado de un voto que sorprendió a todos, hoy vuelve a lucir su mejor cara: la de la victoria de las masas y la alegría rotunda.
En las cercanías del Capitolio —el Palacio Legislativo—, conocí al miembro del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Manuel Álvarez, alcalde del municipio de Pedro Gual, estado de Miranda. Lo acompañaban decenas de parroquianos.
—Lo veo alegre, felicidades —le digo—... pero las cosas se pusieron duras. Estas fueron unas elecciones muy cerradas...
—Ganamos, es verdad, de forma apretada, pero fueron 300 000 votos. Eso es todo un pueblo. Y hay que cumplirle. Pero veremos en próximas elecciones; aprendimos la lección, creo que ahora, cada vez que vayamos a una, vamos a vencer. Deje que Maduro empiece a gobernar.
—La oposición... ¿se salió de la racionalidad?
—No, esa es su naturaleza. En 2004 fui candidato de la Revolución para la alcaldía del municipio. Perdí por 34 votos. Reclamé, pero no salí a incitar, a decirles a los chavistas: «A matar», como hizo Henrique Capriles Radonski el lunes.
—La presencia en la toma de posesión de Nicolás Maduro de unos 20 presidentes, primeros ministros y vicepresidentes, y delegaciones de más de 60 países de todo el mundo, es una ratificación de la democracia venezolana.
—No podía ser de otra manera. Ellos saben que nuestro sistema electoral es seguro, transparente e invulnerable.
—¿Cuáles son los desafíos que deberá enfrentar el nuevo Gobierno venezolano?
—El Comandante Chávez lo dejó todo hecho para que Maduro trabaje, y para que lo haga con el pueblo.
—El ex candidato opositor Henrique Capriles Radonski es el gobernador de Miranda, donde está su municipio...
—El pueblo mirandino, como todo el venezolano, está pidiendo justicia. Capriles Radonski no puede quedar impune. El miércoles exigimos a la Asamblea legislativa de Miranda que declarara su ausencia absoluta como gobernador, porque lleva ocho meses que no va a hacer su trabajo. Ayer, por escrito, se incorporó; bueno, que vaya a trabajar, pero que no se crea que va a quedar riéndose con ocho muertos por culpa de él.
«No puede volver a ocurrir la locura de inicios de semana. Los chavistas no salimos a la calle porque lo pidió el presidente Maduro, pero que no crean que estamos escondidos. El mundo debe saber que aquí hay un pueblo que se da a respetar; estamos en la calle, y cada vez que tengamos que salir a darle al presidente Maduro nuestro apoyo, lo haremos».
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Jorge Jaguat, abogado en ejercicio, instaló junto a los compañeros del movimiento Izquierda Unida una taquilla en las cercanías del Palacio Federal Legislativo para recoger firmas a fin de hacer un pedido al Ministerio Público para que encause a Capriles Radonski por llamar a la violencia en Venezuela los pasados 14 y 15 de abril, cuando se informó de la muerte de ocho militantes chavistas y alrededor de 70 heridos.
La fila era larga mientras se esperaba el arribo al Parlamento de Nicolás Maduro y de una veintena de jefes de Estado, Gobierno y vicepresidentes que acudieron a la ceremonia, entre otros funcionarios de alto nivel que encabezaron más de medio centenar de delegaciones oficiales que acudieron a Caracas.
—¿Cuál es el objetivo de la iniciativa?
—Que la Fiscalía impute cargos a esa cuerda de malandros (bandoleros) de la derecha que, valiéndose de la manipulación, lograron con sus técnicas mediáticas influir en la psiquis de los venezolanos y trataron por momentos de disipar, tergiversar, la intención del voto para luego llamar a asesinar.
«El pueblo ha recapacitado, hubo quienes estuvieron en dudas y ese día fallaron a la Revolución, pero lo que pasó...
—¿La caída en el voto chavista?
—Sí. Eso mismo. Eso nos ha hecho reflexionar y nos va a ayudar a rectificar. Lo estamos haciendo en este momento.
—¿Cómo?
—Brindándole pleno apoyo a nuestro Presidente. Hoy tenemos Presidente constitucional, Nicolás Maduro, electo por la mayoría. Estamos recolectando estas firmas para que se sepa que este pueblo, bien bravío, impedirá la impunidad. El poder del dinero de la derecha no va a lograr acallar las voces de justicia. Exigimos justicia para los ocho compañeros héroes del 14 y 15 de abril.
«Estamos pidiendo al pueblo que se manifieste, pero de manera consciente, en armonía, en paz, para que se aplique justicia. Que no se amparen en las sombras del dinero. Justicia para las víctimas de los trágicos sucesos del 14 y 15 de abril».
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La concejal Gloria Torres es presidenta de la Comisión de justicia y resolución de conflictos del municipio de Sucre, estado de Miranda. Este es un territorio con grandes diferencias sociales; en sus urbanizaciones vive buena parte de las clases pudientes del país, y en sus cerros mucha gente pobre, como el de Petare, uno de los más grandes de América Latina.
—Sucre es esencialmente popular, y el municipio con más alto número de votantes: más de 400 000; sin embargo, por varias elecciones el chavismo no ha podido hacerse con la mayoría.
—Sucre está rodeado de sectores populares, pero hay muchísima clase media y media alta que por historia ha sido de la derecha. Sin embargo, en el pueblo tenemos gran apoyo, estamos trabajando para recuperar ese espacio, y lo haremos pronto.
—Allí gobierna Carlos Ocariz, uno de los principales dirigentes del partido Primero Justicia —en el que milita Capriles— y de los equipos de campaña electoral de la oposición. ¿Hubo violencia el pasado lunes y martes?
—Lanzaron sus hordas; salieron en la noche a fustigar al pueblo; intentaron atacar la casa del PSUV y los hogares de dirigentes revolucionarios; amenazaron, pero nosotros en calma, en paz, con disciplina. Solo que no se equivoquen, porque estamos dispuestos hasta a dar nuestra vida por la Revolución, porque Chávez nos dejó patria y nosotros vamos a defenderla.
«Y aun cuando en el municipio ganó Primero Justicia, ahí hay pueblo, ese que ahora está aquí, junto a nosotros, para saludar a Maduro, para decirle que Sucre es revolucionario».
—¿Continuará la derecha con sus intentos desestabilizadores?
—Las tensiones tienen que bajar. Nosotros les decimos Toquen, toquen cacerolas, pero háganlo de manera pacífica. No nos molestan. Si quieren tocar cacerolas, que lo hagan.
—Las cacerolas ya son un símbolo opositor, y las tocan duro.
—Las cacerolas son del pueblo, fueron una forma de manifestarnos en los años 90, durante el neoliberalismo, cuando pasábamos hambre y pedíamos justicia. Nos están copiando.
«Ahora, dígame, ¿en esos sectores pudientes las cacerolas significan comida? “¡Queremos comer!”. ¿Dígame qué comida necesitan? Es gana de echar vaina en este país.
«No nos molestan sus brillantes cacerolas cuando las tocan; nosotros ponemos música de Alí Primera, lanzamos cohetones, festejamos que en este país ahora sí hay verdadera democracia, independencia, derechos, igualdad y libertad para todos».