Una vez más las FARC-EP hablan de que se van encontrando puntos de entendimiento en las conversaciones de paz que llevan a cabo en La Habana, desde noviembre pasado, con el Gobierno de Colombia. Así lo refirió este miércoles antes de iniciarse una nueva ronda de diálogo, el representante guerrillero, Iván Márquez.
En respuesta a interrogantes de la prensa sobre el posible desenlace de las conversaciones en torno al primer punto de la agenda, Márquez manifestó que ambas partes se están esforzando y se sienten optimistas porque han hallado puntos en común.
Estos, afirmó, permiten ir avanzando en el tema de desarrollo agrario integral, tópico inicial de las pláticas acordado con su contraparte gubernamental en agosto pasado, y que centra actualmente las conversaciones.
No obstante, recalcó, tenemos que analizar con detalle todos los aspectos que nos conduzcan a conclusiones amplias y finalizar —dijo— cuando se incluyan iniciativas de beneficio para las comunidades rurales.
Nunca antes se había pensado en mejorar las condiciones de vida y trabajo de los agricultores y, desde luego, las FARC-EP «batallarán para que en un acuerdo se incluyan beneficios para el campesino colombiano», aseveró.
Este miércoles el grupo insurgente presentó otras diez propuestas mínimas para la «dignificación del trabajo y del trabajo asalariado del campo», donde demandan renta básica rural universal e incondicional en Colombia; acceso a la tierra y dotación con medios de producción; protección del trabajo rural, generación masiva de empleo y mejoramiento del ingreso y la promoción y estímulo a formas asociativas del trabajo, basadas en la solidaridad y la cooperación.
Este nuevo grupo de proposiciones responde —argumentan— a intentar paliar la precariedad y el abandono que por parte del Estado sufre esta parte de la población colombiana.
El grupo insurgente ofreció el lunes último a la opinión pública otras ocho propuestas mínimas sobre el derecho a la tierra y el territorio de las comunidades indígenas, afrodescendientes, raizales y palenqueras y de los territorios interétnicos e interculturales.
En otro momento del diálogo con la prensa que cada mañana le espera a su llegada al Palacio de Convenciones, sede de la mesa de conversaciones, Márquez agradeció al Presidente Encargado de Venezuela, Nicolás Maduro, el respaldo a los diálogos de paz, los cuales, reafirmó, no hubieran tenido lugar «sin el apoyo del desaparecido mandatario bolivariano Hugo Chávez».
Márquez respondía de esa manera a recientes declaraciones de Maduro a la cadena multinacional Telesur en las que aseveraba que, de asumir el mandato, impulsará esas negociaciones de paz, en cumplimiento de los deseos de Chávez.