Juan Antonio Fernández, representante de Cuba ante el Consejo Ejecutivo de la Organización de las Naciones Unidas. Autor: Internet Publicado: 21/09/2017 | 05:25 pm
PARÍS, octubre 9.– Un llamado a promover transformaciones continuas y permanentes hasta lograr la refundación de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), hizo hoy aquí el representante de Cuba ante el Consejo Ejecutivo de esa organización, Juan Antonio Fernández.
Informa Prensa Latina que en su intervención ante el Consejo Ejecutivo de la UNESCO, Fernández explicó que en el mundo actual los problemas seculares siguen sin resolverse.
Crece el abismo entre ricos y pobres, el subdesarrollo estructural se perpetúa y el capitalismo salvaje, de rostro neoliberal, cultiva antivalores como el egoísmo, la guerra y el saqueo de los recursos naturales, agregó Fernández.
Por otra parte, dijo, los jóvenes encuentran un mundo que navega de crisis en crisis, los excluye y les niega oportunidades de trabajo y de una educación de calidad y los margina de la cultura y del conocimiento científico.
En este contexto, señaló, la crisis de impago de la Unesco, dado el chantaje financiero del principal contribuyente (Estados Unidos), debe gestionarse como oportunidad para una reforma estructural de la organización, hacerla más eficiente y recuperar su papel de vanguardia en el sistema internacional.
Por lo pronto, en educación, mientras haya una sola persona analfabeta en este mundo y hay casi 800 millones, de los que dos terceras partes son mujeres y niñas, no podemos aceptar la rendición ante el fracaso, afirmó.
En ciencias, indicó, no se puede compartir una errática conceptualización que tiende a explicar la pobreza como efecto del cambio climático.
Fernández llamó a recuperar el equilibrio entre las ciencias naturales y sociales, y los aportes de estas últimas en la explicación y solución de los factores económicos, políticos y sociales que crean y reproducen la pobreza.
Respecto a la cultura, aseguró que no se debe desaprovechar la oportunidad de establecer su vínculo con el desarrollo y el acceso a la información y el conocimiento.
«La crisis es temporal. Los cambios que nos proponemos deben ser continuos y permanentes hasta refundar la organización. Deberían concluir con una Unesco rejuvenecida y vibrante, anclada en sus principios fundacionales, y reconocida internacionalmente por su contribución al desarrollo», subrayó Fernández.