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CARACAS.— La oposición venezolana amenaza con impugnar la nueva Ley Orgánica del Trabajo (LOT), firmada el lunes por el presidente Hugo Chávez Frías.
Tras el dictamen a emitir por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo —que fue solicitado por el propio mandatario—— sobre el carácter orgánico de la ley, esta empezará a implementarse de inmediato, con un período de gracia de tres años.
Según analistas, la oposición se montó en «potro equivocado».
El carácter sistémico, de justicia, de abrumadora inclusión social —busca borrar hasta prejuicios xenófobos, por ejemplo, al otorgar los mismos derechos a los inmigrantes—, y sus avanzados preceptos en derecho laboral, convertirán a la LOT en uno de los grandes caballos de batalla de la Revolución.
Es opinión mayoritaria que después de la Constitución Bolivariana de 1999, este es el documento más importante y transcendental del proyecto que lidera Hugo Chávez.
Lo contentivo en la LOT, que sin tapujos se ha declarado como instrumento vital en «la construcción del socialismo», derivará sin dudas en bandera, ya no de la campaña electoral sino de la continuidad e irrevocabilidad del proceso.
Lo que pasó el Primero de Mayo en Caracas, con cientos de miles de venezolanos apoyando la promulgación de la nueva LOT, es un termómetro irrefutable.
El documento fue puesto en circulación por vía digital; en los próximos días se imprimirán un buen número de ejemplares para ser estudiados por las clases trabajadores y demás actores económicos, políticos, culturales y sociales de la nación.
El canciller Nicolás Maduro, vicepresidente del país para el Área Política, encabezó ayer un intercambio de la comisión presidencial encargada del tema con la prensa local y extranjera.
Ministros, sindicalistas, representantes de movimientos sociales, líderes progresistas del empresariado, académicos... discurrieron sobre los ejes de una normativa de nueve capítulos y 554 artículos, que es tenida ya como una de las más avanzadas del mundo en materia de derecho laboral, quizá la más novedosa.
Se trata, en definitiva, de una ley anticapitalista. No busca defender algunos derechos de las clases trabajadoras, como todas las leyes burguesas de este tipo que fueron, son y serán, y que conceden algo siempre que hay presiones y a partir de la filosofía gatopardiana de «cambiar, para que todo siga igual».
La LOT, señaló Maduro, convierte a las clases trabajadoras en fuerza participante y protagonista de derecho laboral, pero también al servicio del desarrollo, la paz y la igualdad.
