TRÍPOLI, octubre 3.— Opositores libios reanudaron este lunes los ataques contra Sirte con el apoyo de aviones de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), pese al agravamiento de la situación humanitaria allí.
Después de una anunciada tregua de 48 horas, que fue poco respetada por sus propias tropas y por la OTAN, los alzados entablaron combates con fuerzas leales a Muammar al-Gaddafi, reseñó PL.
De acuerdo con reportes, las principales escaramuzas tenían lugar en el frente oriental, donde los opositores armados consiguieron abrir un corredor para tratar de llegar al centro.
Sirte continuaba cercada por el este, oeste y sur, y los sublevados aseguraban haber tomado instalaciones ubicadas cerca del centro, que continúa blindado por fieles al líder libio.
Canales televisivos describían cómo los sublevados sometían a familias completas a revisiones humillantes cuando intentaban abandonar la urbe.
Según AFP, los elementos armados del autoproclamado Consejo Nacional de Transición (CNT) habían obtenido este lunes una victoria simbólica, al conquistar Qasr Abu Hadi, la aldea natal de Gaddafi, luego de combates encarnizados, e incluso de ataques de la OTAN.
En tanto, el secretario general de la Alianza, Anders Fogh Rasmussen, anunció que el bloque demorará en decidir sobre el fin de su intervención en Libia, pues la situación sobre el terreno aún no lo permite, afirmó. Rasmussen dudó que esa decisión se tomara esta semana, cuando los ministros de Defensa de los 28 países de la OTAN se reunirán el miércoles y jueves en su sede en Bruselas para pasar revista a sus operaciones en todo el mundo.
El político danés también expresó su preocupación por la desaparición de 5 000 misiles Sam-7 de los arsenales del Gobierno —según fuentes consultadas por medios estadounidenses serían unos 20 000— y urgió al CNT a esforzarse para garantizar el control de armamento del régimen de Gaddafi.
Algunas fuentes alternativas aseguran que la preocupación de la OTAN responde a que gran parte de ese armamento podría haber caído en manos de la resistencia libia, que además de Sirte, se mantiene en Bani Walid, al sudeste de Trípoli.