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Una historia de hermandad

Testimoniante excepcional de la colaboración de Cuba en la gesta de aquellas naciones por consolidar su soberanía real luego de zafarse de las ex metrópolis, Jorge Risquet Valdés, miembro del Comité Central desde 1965, conversó con JR sobre algunos de los más importantes acontecimientos registrados en África en esos años

Autor:

Marina Menéndez Quintero

Más de 45 años después de pisar por primera vez tierras africanas, Jorge Risquet Valdés, un hombre ligado indisolublemente a aquellas latitudes como resultado de la obra solidaria cubana, ha vuelto para una ocasión especial: las conmemoraciones por el cincuentenario de la independencia que 17 países de ese continente celebran este año.

Como representante del Presidente cubano, General de Ejército Raúl Castro, Risquet asistió en días recientes a los actos con que la República del Congo celebró la efeméride, en Brazzaville.

Testimoniante excepcional de la colaboración de Cuba en la gesta de aquellas naciones por consolidar su soberanía real luego de zafarse de las ex metrópolis, Risquet, miembro del Comité Central desde 1965, conversó con JR sobre algunos de los más importantes acontecimientos registrados en África en el transcurso de los 50 años que ahora se conmemoran.

—¿En qué marco se da el inicio de la cooperación de la Isla con ese continente?

—El proceso de descolonización, en 1960, ocurrió bajo la presidencia en Francia del General Charles De Gaulle. Mas, en general, surgieron Gobiernos tipo Estrada Palma en Cuba: eran neocolonias del país galo.

«Nuestra Revolución, que triunfó un año antes, estableció inmediatamente relaciones fraternales con otras naciones africanas: el Egipto de Gamal Abdel Nasser —visitado por Raúl y el Che—, Ghana de N´Krumah, Guinea Conakry de Sekou Touré, que fue el primer Jefe de Estado africano que visitó Cuba.

«Y también con los combatientes argelinos que luchaban heroicamente contra el yugo colonial francés. A fines de 1961, el barco cubano Bahía de Nipe llevó 1 500 fusiles y armas pesadas para el Frente Nacional de Liberación de Argelia.

«Eran armas de fabricación norteamericana: las capturadas al ejército batistiano y a los mercenarios de Playa Girón».

La nave que realizó esta operación en el puerto de Casa Blanca, trajo a su regreso, en 1962, a un centenar de argelinos; 75 de ellos eran combatientes heridos y el resto niños huérfanos de guerra.

«En ese mismo año también llegaron a Cuba los primeros becarios africanos: 15 jóvenes de Guinea Conakry. En 1963, se inició la colaboración civil cubana con África: 25 médicos, y 30 técnicos de la salud arribaron a Argelia ya independiente.

«En ese mismo año, el primer contingente internacionalista acudió al continente ancestral: una fuerza de 700 combatientes fuertemente armados llegaron a Argelia a pedido de su Gobierno, ante la agresión del vecino Reino de Marruecos, que pretendía arrebatarle parte de su territorio. No fue necesario combatir. Los expansionistas marroquíes desistieron. Los cubanos entrenaron en el manejo de sus armas pesadas a los argelinos, se las entregaron y regresaron a Cuba seis meses después felices y desarmados».

—Pero hay lazos especiales que nos unen al Congo… ¿Por qué?

—A comienzos de 1965 —después de su conocido discurso en la ONU, de fines de 1964— el Che recorre varios países de África: Argelia, Malí, Congo Brazzaville, Guinea Conakry, Benin, Tanzania, Egipto.

«En este recorrido, para decirlo con palabras de Raúl Castro, el Che “avizoró la necesidad de brindar aporte solidario para impedir la recolonización de Zaire y contribuir a la lucha armada de los pueblos de las colonias portuguesas, como punto de partida para el gran y definitivo combate de liberación del pueblo sudafricano del yugo ignominioso del apartheid y de la independencia de Namibia, ocupada también por los racistas blancos de Pretoria”.

«Durante el recorrido, el Che recibe varias peticiones de ayuda solidaria en diversos países, que informa inmediatamente al Comandante en Jefe. Cuando el Che regresa a Cuba, 18 de marzo de 1965, ya había más de 200 combatientes de las FAR, reclutados voluntariamente para misiones internacionalistas, entrenándose en los campamentos llamados “Petis”, en la Cordillera de los Órganos.

«Se designa al Che para encabezar el contingente que pelearía junto a los lumumbistas en el Congo ex belga. El Che, debidamente transformado físicamente por el arte de nuestros especialistas, parte el 1ro. de abril, y acompañado por dos destacados oficiales de las FAR, Víctor Dreke y Martínez Tamayo, llegan a mediados de abril a Tanzania.

«Pequeños grupos de combatientes siguen arribando a Dar es Salaam. En el momento en que el Che decide cruzar el Lago Tanganica, (el segundo más profundo del mundo) hay 13 cubanos en total. La peligrosa travesía lacustre tiene lugar en la noche del 13 al 14 de abril de 1965; en la mañana, el Che y sus compañeros llegan a la costa este del Congo de Patricio Lumumba.

«Durante los varios meses que permaneció en el interior de Zaire, la Columna 1 del Che libró numerosos y desiguales combates: más de 50 acciones combativas se encuentran en la hoja de servicios de quienes ya sumaban 130 internacionalistas, pero no fue posible reunir y cohesionar las fuerzas lumumbistas. La Organización de Estados Africanos (OUA) solicitó que la columna cubana saliera del Congo con el visto bueno de la dirección guerrillera.

«En el Congo Brazzaville, su presidente, Masemba Debat, le había pedido al Che una fuerza militar cubana, sin precisar cuantía, para apoyar al pequeño ejército del país y organizar batallones de milicias, a fin de enfrentar una posible agresión del Gobierno de Tshombe-Mobuto-Kasabuvu y sus mil mercenarios blancos, apoyados por la ex metrópoli, Bélgica, y Estados Unidos.

«A su vez, el presidente del MPLA, Agostinho Neto, pidió seis instructores para su guerrilla de Cabinda, territorio angolano fronterizo con los dos Congo.

«En pequeños grupos fuimos enviando hasta una cincuentena de combatientes y, en agosto de 1965, llegué, en un barco al frente de 200 compañeros, al puerto congolés de Punta Negra. Dos días después, el 23 de agosto, se formaba en Brazzaville la Columna 2, el Segundo Frente del Che en el Congo, al que bautizamos Batallón Patricio Lumumba.

«Contábamos con 260 combatientes y poderoso armamento, incluyendo ametralladoras, las “cuatro bocas” chinas, morteros de 82 milímetros y cañones de 75 sin retroceso.

«Nuestro Batallón permaneció dos años en el Congo. La agresión extranjera no se produjo. Organizamos los batallones de jóvenes milicianos. Frustramos un intento de golpe de Estado sin derramar una sola gota de sangre. Y lo más importante: contribuimos a organizar, entrenar y armar tres columnas guerrilleras al MPLA —unos 400 combatientes en total. Dos marcharon hacia el Primer Frente, al norte de Luanda, y la tercera abrió un nuevo frente en la frontera de Angola y Zambia.

«Al marcharnos de Brazzaville, unos 60 guerrilleros cubanos, de ellos diez médicos, peleaban en Guinea Bissau junto a las fuerzas de Amílcar Cabral, colaboración que se prolongó durante muchos años hasta romper el yugo portugués».

—¿Qué peso tuvieron estos hechos después, en la definición de la lucha angolana?

—Ocho años más tarde, en 1975, aún en Guinea Bissau, cuando acudimos a Angola, de nuevo el Congo Brazzaville brindó su más decidida cooperación.

«Allí, en el Puerto de Punta Negra, mantuvimos un batallón hasta 1991, en que retiramos todas nuestras fuerzas de África.

«Comprenderás que de los 17 países africanos que se liberaron en 1960, la República del Congo tiene para Cuba una significación especial.

«De allí vinieron decenas de miles de nuestros ancestros como esclavos. Y allí estuvieron en total 18 años, muchos miles de nuestros combatientes internacionalistas. De otra parte, desde 1966, centenares de jóvenes congoleses llegaron a Cuba para estudiar. Cientos de ellos se graduaron aquí de técnicos de nivel medio y profesionales universitarios, incluyendo al actual embajador de ese país, Pascal Onguemby, ingeniero agrónomo.

«Desde el 14 de abril de 1965, en que el Che cruzó el Lago Tanganica, hasta el 25 de mayo de 1991, cuando regresaron de Angola los últimos 500 soldados, transcurrieron 26 años, más un mes, y un día.

«Trescientos ochenta y un mil soldados y oficiales cubanos, —mil veces las Columnas 1 y 2— fusil en ristre, contribuyeron decisivamente a la liberación de las colonias, la integridad territorial y la eliminación del apartheid. Unos 2 400 ofrendaron sus vidas en tierra africana.

«El plan estratégico de Fidel, el Che y Raúl, concebido en 1965, se prolongó por más de un cuarto de siglo, mas resultó victorioso».

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