Foto: Franklin Reyes
Porque niños, jóvenes, mujeres y ancianos andan y trabajan juntos en Bolivia, se han fundido el viceministerio de la Mujer y el que antes atendía a la infancia, la juventud, y la tercera edad. Maruja Machaca Collanqui, está al frente...Atender esa importante institución, en este momento de tremendos cambios en su país, la sumerge en una multitud de tareas que la hacen feliz.
«Durante muchos años nosotros hemos sido olvidados, abandonados; nunca nos ha tomado en cuenta aquella otra gente que siempre ha estado velando por sus intereses. Entonces, decimos que ahora es nuestra oportunidad para continuar trabajando en beneficio de todo este sector tanto tiempo relegado, en beneficio de todo el pueblo», afirma.
—¿Qué tareas acomete ahora su viceministerio?
—Estamos viendo las necesidades, sin soslayar un área que ha sido también muy olvidada: las personas con discapacidad. El trabajo es integral. No queremos apartar a los jóvenes y tampoco a las mujeres o a los ancianos, sino hacer un trabajo de familia; porque en nuestras comunidades trabajamos de forma conjunta, contando con nuestros abuelos más que todo: vemos la experiencia que ellos tienen, y son quienes mejor nos pueden guiar para dirigir a la familia, a la comunidad y a las organizaciones.
—Hay muchas tareas políticas en las cuales se ha visto implicada la población boliviana, como la conformación de las candidaturas para la Constituyente. ¿Cómo ayudan las familias a concretar las aspiraciones del nuevo gobierno?
—Trabajamos en coordinación con los ministerios de Desarrollo Económico, Salud, Educación... Estamos haciendo todo lo posible para cumplir con lo que nos han encomendado, y los objetivos trazados por nuestro Presidente.
—Los denominados comités cívicos, como el de Santa Cruz, hablan en nombre de la población; pero se dice que no son representativos del pueblo...
—Realmente, esos comités cívicos están tratando de dividirnos. Pero, felizmente, la gente se ha dado cuenta de que durante muchos años ellos solo han velado por sus intereses. Solo se dedican a dividir y desorganizar. La gente boliviana se está dando cuenta y no lo va a permitir. Nosotros tenemos nuestros representantes genuinos, que emergieron de las bases, y eso es lo que está prevaleciendo.
—¿Qué espera la gente de la Constituyente y de la nacionalización de los recursos naturales?
—La familia boliviana está feliz de poder recibir los beneficios derivados de esas medidas, que serán para toda la sociedad. En cuanto a la Constituyente, tenemos una mayoría de representantes emergidos de las comunidades. Hay mujeres; una compañera, Silvia Lazarte, es la presidenta de la Asamblea. Estamos contentos de tener asambleístas propios, salidos de las comunidades por un consenso mayoritario. Hay un grupo pequeño que no está conforme con lo que está pasando, pero nosotros estamos felices: vamos a conseguir una nueva Constitución política del Estado a favor de todos, y no de unos cuantos.