Cinturón mundial desde la contundencia

Mientras escucha y responde las certeras preguntas lanzadas desde la corta distancia por varios periodistas, entre más de una decena, Arlen López, erguido y con alguna que otra idea trastocada a causa de las emociones internas y externas que procesa, se acaricia de vez en cuando la cintura, inconscientemente quizá. A lo mejor no, a lo mejor es una acción premeditada para comprobar que lo que ganó minutos antes en el cuadrilátero se mantiene donde debe estar, elegante y radiante.

El boxeador, acostumbrado a cargar sobre su cuello medallas de oro olímpicas, mundiales, panamericanas y centroamericanas, esta vez luce un objeto diferente en otra parte del cuerpo. Fue en la noche de este martes que el guantanamero, con 31 años, vivió las sensaciones de llevar por primera vez una faja mundial, en este caso la de la Asociación Internacional de Boxeo (IBA, por sus siglas en inglés).

Como parte de la Noche de Campeones, velada de carácter profesional efectuada en la habanera Ciudad Deportiva, donde los Domadores de Cuba ganaron sus seis enfrentamientos, Arlen se adueñó del título de los 80 kilogramos después de vencer al dominicano Luis Antonio Tejeda, por nocaut técnico en el tercer round. En una pelea fijada a diez asaltos, el antillano sacó una de sus constantes durante toda su carrera, su pegada, la cual, complementada por violentos ganchos, dejó a Tejeda en muy mal estado, incapacitado para continuar. El púgil visitante perdió su invicto profesional de la peor manera.

López, un poco más calmado, dijo a Juventud Rebelde que es maravilloso ganar y lucir el cinturón en casa, delante de una multitud tremenda como la que acudió a la Ciudad Deportiva para respaldar a los seis cubanos que pelearon: Saidel Horta, Erislandy Álvarez, Lázaro Álvarez, Roniel Iglesias, Julio César La Cruz y Arlen, especialmente a los dos últimos, quienes pugnaron por el fajín de sus respectivos pesos.

«Salí preparado para los diez asaltos, pero entre round y round suceden cosas que se deben aprovechar. Eso hice y obtuve el triunfo rápidamente ante un contrario de nuestro continente, al que estudié bastante. Mi esquina y yo entendimos que la mejor opción para vencer era arreciar el ataque. Este triunfo representa un gran paso para mí, pues me estoy enfrentando a un boxeo que no es amateur. Estoy muy contento por lograr mi primera faja. Desde que llegué a Cuba de los Juegos Olímpicos en París realicé un fuerte entrenamiento en pocos días, junto a mi preparador Víctor Sánchez.

«En París las cosas no me salieron como esperaba, pero con mi bronce aseguré estar por tercera ocasión consecutiva en un podio olímpico. Eso me dio fuerzas para seguir, junto al apoyo de mi esposa, mis hijos y el resto de mi familia. Tengo 31 años, soy doble campeón bajo los cinco aros, monarca mundial y panamericano, pienso que no me queda nada por conseguir—en el pugilismo amateur—, ahora gané un título en el ámbito profesional y quiero seguir en este camino para darle más alegrías a nuestro pueblo, que como se vio aquí, siempre nos sigue», afirmó a la prensa Arlen