Edilse ha sido uno de los mejores bateadores de fuerza de los últimos años en Cuba. Foto: Carlos Rafael Díaz Autor: Carlos Rafael Díaz Publicado: 06/06/2023 | 08:30 pm
HOLGUÍN.— A Edilse Silva su batazo de vuelta completa en diciembre de 2008 en el estadio Cinco de Septiembre, de Cienfuegos, le sirvió para hacerse notar en su nuevo representativo. Frente a otro inexperto de entonces, el cienfueguero Noelvis Entenza, disparó el primer jonrón con la jauría, enviando la esférica a las gradas del jardín central.
Otras 81 conexiones de cuatro esquinas tuvo que anotarse uniformado de nororiental, según las estadísticas de Emilio Hernández, para arribar sobre el mediodía de este 6 de junio a 200 cuadrangulares en la pelota cubana ante un lanzamiento del espirituano Yohanny Hernández, convirtiéndose en el único beisbolista de Holguín con tan respetable marca.
Retornó en la Serie Nacional 61 al plantel holguinero (en la 60 ya tenía intenciones de volver). Silva se vistió de Cachorro por primera vez de 2008 a 2011 y su aporte al último equipo de acá que avanzó a playoff, en la Serie 48, fue destacado.
El santiaguero-holguinero de 42 años de edad está envuelto en su vigésima campaña, de ellas cinco titulándose —cuatro con Santiago de Cuba y otra reforzando a Villa Clara.
«No pensé en los pocos jonrones que me faltaban para los 200, porque ese tipo de batazos salen solos, y me concentré en contribuir al equipo, en el cual se nota buen ambiente y nos creemos que sí podemos», comentó a JR.
En categorías escolares Edilse Silva se desempeñaba desde la lomita: «Vengo de formarme en la EIDE, así que lanzaba también. Y me gustaba batear, era de los primeros lanzadores y emergentes de aquellos equipos. Haber lanzado hasta las filas juveniles me incorporó el pensamiento como pícher. Aprendí cómo los contrarios trabajan en determinados conteos, el agarre, la zona en la cual sueltan la bola y la mecánica para cada envío».
Una lesión del manguito rotador en el hombro resultó en pronóstico adverso. Pero la principal causa de que dejara de pichear en Series Nacionales fue una transposición del nervio mediano cubital. Sin embargo, recuperó la confianza bateando y estuvo luego con las Avispas aplanadoras.
«A los 26 años, pensé que acababa porque me era difícil jugar en Santiago, mas quería seguir y vine para acá. De aquella etapa, tengo bastante que agradecerles al mentor Héctor “Tico” Hernández, a Felicio García y a otros entrenadores», apunta.
Entre los jonrones que se ha anotado en su extensa trayectoria, guarda gratos recuerdos del primero (2002), «que lo di en Holguín, ante el sagüero Henry Portuondo, mi amigo. El cien fue frente a Carlos Juan Viera, con el que empaté un juego en el Latino y yo era refuerzo de Villa Clara. Recuerdo uno contra Pedro Luis Lazo, el único que le conecté a ese grande, y otro frente a Las Tunas, que decidió un choque polémico, dado que la bola pasó cerca de la varilla del jardín derecho y no se distinguía claramente si estaba en zona buena.
«Para mí todos han sido fundamentales. No he salido a buscar ninguno, solo a realizar un buen swing, extender los brazos y emplear la potencia, combinadas con una buena selección y contacto».
De lo vivido en tierras holguineras, donde reside hace alrededor de cuatro años en el reparto Hilda Torres, considera: «Se llena el estadio Calixto García por tradición y conocimientos de su afición, que me acogió joven y me abrió las puertas dos veces».