Con la polémica servida cual esperado manjar por la Word Athletics (WA), el atletismo cubano también relame sus labios ante la particular elección de sus mejores exponentes este año. Y aún hipotética, por no estar instaurado el premio de manera oficial, o al menos no con el necesario impacto y reconocimiento, también resulta compleja, aunque mucho menos, la designación de una única figura como la más destacada de doce meses de actividad en campo y pista.
En el caso de los más destacados del orbe, la WA deberá deshojar la margarita hasta quedarse con dos de sus pétalos —deportistas— más brillantes. Así las cosas, ya anunció un listado de diez finalistas por sexo. En Cuba, el presunto cúmulo de aspirantes se resume a unos pocos, muchísimos menos, pero una vez cerrado el círculo de aspirantes, los debates también pueden desprender brasas.
De antemano, la condición de año olímpico pone a unos por encima de otros. Porque aunque determinados galardones premien estabilidad y observen con el rabillo del ojo a cuanto mitin o parada de la Liga del Diamante hubo a lo largo de los últimos 11 o 12 meses, el resultado en la competencia más relevante debe dictar sentencia.
Máxime cuando a los exponentes del campo y pista de la Isla se les pidió como requisito indispensable llegar en su pico máximo de rendimiento a la cita bajo los cinco aros y demostrar allí su valía. Sin importar el recorrido previo ni el posterior. Los Juegos Olímpicos eran su mantra y en ellos tenían que agotar todas sus fuerzas.
Los nombres aparecen en tromba si la Federación Cubana de Atletismo busca a sus rostros de 2021: Juan Miguel Echevarría se erige como el favorito entre los hombres; Yaimé Pérez entre las mujeres. Pero no son los únicos. Aparecen además Luis Enrique Zayas, Maykel Massó, Yarisley Silva, Rose Mary Almanza, el relevo campeón mundial de 4x400 metros o los triplistas de uno y otro sexo.
Aquí, pese a la paridad de estas figuras, ya les decía, las olimpiadas emiten un veredicto. Y Juan Miguel, que vio escurrirse entre sus dedos el oro en el último brinco del griego Miltiadis Tentoglou en el salto largo de Tokio, tiene todas las papeletas para ser considerado el mejor. Su estabilidad le aúpa a tal mérito, pero además sus condiciones físicas han visto una progresión notable, convirtiéndolo en un atleta más maduro, que no puede llamarse campeón olímpico por mala suerte y por la lesión que le aquejó aquella infausta mañana de verano.
En el femenino, Yaimé Pérez no debe tener rivales. Es cierto que Liadagmis Povea firmó una buena temporada, pero la rusa, que quizá se marchó inconforme del país del sol naciente, arrancó una medalla de la difícil prueba del disco femenino y se mantuvo en liza todo el año por el diamante, aunque al final se viera superada por la fuera de serie estadounidense Vallarie Allman.
Y aunque no exista trofeo para darles ni gala que los encumbre, sépanlo, Juan Miguel y Yaimé, ustedes deberían ser tratados como los mejores del atletismo cubano en 2021.