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Ángel Pacheco: la disciplina es la clave

Este 2020 ha visto la elección de Ángel Pacheco como mejor novato del año, y las razones sobran. Juventud Rebelde conversó con el joven deportista

Autor:

Enio Echezábal Acosta

Ángel Pacheco ha tenido un gran despunte en 2020, año en que ha sido elegido como el mejor novato de la lucha cubana. Nacido en el barrio de Los Sitios, en el capitalino municipio de Centro Habana, su camino hasta el éxito comenzó bien temprano con un momento difícil en su vida.

«Perdí a mi papá a los ocho años y fue mi madre quien se dedicó por entero a mí. Ella ha sido desde entonces lo más grande que tengo, mi orgullo primero. Todo lo que soy se lo debo a su preocupación diaria por mis estudios y mi formación como ser humano.

A pesar de las dificultades, su caso, como el de otros tantos, tuvo en el deporte una vía para encauzarse.

«Tuve la suerte de llegar a la lucha más o menos por esa época, gracias a un amigo del barrio que era bodeguero y también había practicado ese deporte. Un buen día, empezó a entrenar a los muchachos y al ver mis condiciones físicas me llevó para allá con él».

Poner el máximo en los entrenamientos le permitió ganar un bronce en su primer torneo nacional y en lo adelante logró ir escalando la pirámide hasta que en 2017 fue invitado a entrenar con la preselección nacional.

«Tres años después de estar yendo al Cerro Pelado, en 2019 finalmente me incluyeron en el equipo de mayores. Al llegar lo tuve complicado, pues estaba en 97 kilogramos y eso requería que bajara constantemente de peso. Eventualmente, el entrenador Raúl Trujillo entendió que era mejor subirme a los 130 y ahí comenzaron a salir las cosas».

En 2019 tuvo su debut internacional cuando se le dio la oportunidad de ir al panamericano del deporte en Argentina, certamen en donde ganó una medalla de bronce, tras perder con el subcampeón mundial Adam Coon, de Estados Unidos.

Un año más tarde llegaría su revancha.

«Mi idea en 2020 era la de cambiar el color de la medalla. Durante todo el año siguiente al Panamericano del ’19 mejoré en varios sentidos y llegué allá con mucha más concentración, y además contaba con el apoyo de Mijaín López.

«El día de la competencia comencé ganándole por superioridad al dominicano Leo Santana, y así mismo superé al argentino Luciano del Río en semifinales. Recuerdo que durante la hora del almuerzo hubo problemas con la elaboración de la comida y no pude alimentarme del todo bien, pero así y todo hice los ajustes necesarios y me preparé para volver a enfrentarme con Coon.

«Por el oro sabía que tendría un combate complicado, pero para entonces ya había aprendido mi lección y logré tener un buen desempeño y ser superior al norteamericano (8-0)».

Más allá de ese éxito en tierra canadiense, que significó el boleto olímpico para la división de 130 kilogramos, Ángel tuvo el premio extra de salir campeón sin haber permitido puntos en contra a lo largo del torneo. Al ser integrante de los «superpesados» del estilo clásico, el habanero reconoce la larga dimensión del reto que tiene hasta llegar a convertirse en una figura de élite.

«Es un peso fuerte, en donde están los mejores del mundo: Mijaín López y Oscar Pino. En el caso mío, que tengo
solamente 23 años, espero tener la oportunidad de salir adelante y ganar medallas para mi país.

«Tengo la suerte de compartir con esos dos excelentes atletas y estoy aprovechando cada minuto junto a ellos para convertirme en un mejor luchador cada día».

Entre sus retos principales del presente señala  la fuerza como algo fundamental para ser competitivo en su división. Sabe que los ejercicios de empujar y cargar,
esenciales para marcar puntos, necesitan de un fortalecimiento intenso de su espalda, más las piernas y los brazos.

«También debo ser más rápido, pues la lentitud te lleva a perder empuje y eso es fatal. Afortunadamente, mis profesores opinan que tengo un buen dominio de la lucha de pie, motivo por el cual ahora mismo me estoy concentrando en la parte baja.

«En toda mi preparación agradezco infinitamente mucho la ayuda de Mijaín, a quien deseo aprovechar mientras esté en el equipo, e incluso después de que se vaya pienso mantenerlo integrado a mi preparación siempre que sea posible».

Ángel Pacheco reconoce que haber sido elegido como el novato del año le ha motivado muchísimo a seguir buscando su sueño como atleta y hombre.

«Soy admirador de Mijaín (López), pero además de la lucha también veo bastante fútbol, y sigo al Barcelona. Al ver cualquier deporte suelo fijarme en su disciplina y empeño por sacar los resultados. Creo que los más grandes tienen éxito por esa razón, entre otras cosas, y quiero que esa también sea la forma de enfocar mi carrera».

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