Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

A los 68 años de edad, la vida del entrenador holguinero de balonmano Luis Reyes continúa deparándole alegrías. El veterano preparador hizo dupla con Alexis Luis Michel al mando de la escuadra de Holguín que, hace pocos días, obtuvo la quinta corona de la provincia en la Liga Nacional Masculina de dicho deporte, concluida en su décima edición en la Sala Amistad de Villa Clara, con el concurso de seis combinados.

«Wicho», como más se le conoce a Reyes, ha participado en funciones de director técnico en las dos etapas brillantes del plantel nororiental: en los campeonatos del país en la década del noventa y en la actual de formato liguero. Además se dedicó a los trajines de dirección en los equipos nacionales juveniles y de mayores, y en el seleccionado femenino mexicano, al cual llevó hasta a lides multideportivas regionales.

JR lo «capturó» justo al bajarse del tren que trasladó a los monarcas de 2019 hasta la Ciudad de los Parques. Llevaba en sus manos el trofeo que les entregaron en territorio central, donde destronaron a los campeones exponentes de Santiago de Cuba, quienes les habían arrebatado el cetro hace dos años, luego de cuatro cúspides (2012, 2013, 2015 y 2016).

-¿Qué caracteriza a esta generación de balonmanistas holguineros?

-La parte fundamental es la preparación que adquieren. Estos muchachos tienen una capacidad de trabajo muy alta. Es decir, todos los elementos que implementamos con ellos, como en su mayoría son atletas en edad juvenil, se asimilan bien. Con mucha facilidad, responden a las cargas a las cuales los sometemos. A medida que la Comisión Nacional traza su estrategia, limitando la edad de la Liga, preparamos a esos jóvenes con más ahínco. Es por eso que logran buenos resultados también entre adultos. Nosotros, a pesar de la juventud, conseguimos seguir nuestra tradición ganadora en la Primera Categoría masculina, donde somos multimedallistas.

-Con las restricciones de edad en la Liga Cubana se hace vital el desarrollo de la base…

-Holguín siempre ha desarrollado una estrategia desde la base en nuestro deporte. Todavía no estamos conformes, porque hay municipios que pudieran aportar más. Además, la labor en la EIDE Pedro Díaz Coello es muy sólida, pues los atletas de allí, hasta los de menos condiciones, evolucionan en su desempeño tras el paso del tiempo. Así, creamos una buena transición entre las categorías y un proyecto positivo de cara al futuro. Muestra de ello es que figuramos, igualmente, entre las potencias juveniles de varones, con títulos y todo.

-Individualidades de valía siempre hay en las disciplinas colectivas. ¿Puede mencionarme algunas de su conjunto?

-Nuestro plantel vio destacarse, junto a los veteranos y estelares Alexánder Muguercia y Leandro Cobas (elegidos en la formación ideal), a Luis Matos, balonmanista de perspectiva inmediata, seleccionado para sumarse a la preselección nacional, y en la propia competencia se ganó el derecho a incluirse en el preseleccionado patrio un nuevo integrante, el juvenil Andro González, al que le daremos seguimiento desde acá. Pero, en general, los 11 jugadores aportaron.

-¿Hubo algún factor que influyó sobremanera en la obtención del título?

-El colectivo técnico y los jugadores nos concentramos en una estrategia diferente este año, ya que no tuvimos el tiempo necesario de adiestramiento. Ejecutamos un sistema de entrenamiento directo a competencia, el cual se favoreció de una base físicamente fuerte. Nos dimos a la tarea de insisitir en el aspecto táctico y eso nos dio resultado. Santiago de Cuba era un rival de consideración, pero estábamos seguros de que lo podíamos vencer, porque le faltaban figuras que están pasados de edad, y confíabamos en el talento colectivo holguinero.

-¿Ceder ante el elenco habanero, en la fase regular, los afectó?

-Con La Habana perdimos, mas eso no nos hizo decaer. Ese partido pudimos haberlo saldado con victoria por amplio margen, pero situaciones que se dan por incumplimiento de indicaciones tácticas, dieron al traste con el éxito. A los santiagueros, que habían eliminado a los habaneros en semifinales, los defendimos con un sistema que ellos mismos, luego del choque, reconocieron que les causó estragos. Habíamos descubierto la estrategia santiaguera y por ello pudimos definir cómo hacerles frente.