Daniel Gregorich (izquierda) logró su primera medalla mundial. Autor: UWW Publicado: 13/11/2018 | 09:12 pm
Llegar a la final de un Campeonato Mundial es un éxito, se mire por donde se mire. Muchos a veces no saben apreciar el significado real de tal resultado, sobre todo si el desenlace del combate definitivo termina siendo una derrota. De cualquier manera, empañar una plata resulta, cuando menos, un acto de irrespeto.
Este martes en Bucarest, capital de Rumanía y sede de la cita del orbe categoría sub-23, un luchador cubano se convirtió en el primero del estilo clásico en conseguir un podio a este nivel.
Daniel Gregorich, quien barrió este lunes a cuatro rivales para asegurar su presencia en la discusón del título, ayer se quedó con la plata de su división —87 kilogramos—, al ceder frente al ucraniano Semen Novikov.
La pelea comenzó con el antillano arriba en el marcador, tras ser penalizado su rival por pasividad. Acto seguido, el europeo equiparó las cosas al sacar a Gregorich del redondel, y concluyó el primer tiempo arriba (3-2) tras concretar un pase atrás.
En el segundo parcial, el capitalino salió con mucha fuerza, y en varias ocasiones estuvo a punto de conseguir una maniobra exitosa, pero su habilidoso contrincante se escabulló una y otra vez, y más adelante consiguió alargar su ventaja poco a poco, hasta llevarla a los ocho puntos de diferencia que decretaron su triunfo por superioridad (10-2).
Aunque es lógico que todos hubiéramos querido ver la bandera cubana ondear en lo más alto, sería injusto decretar la actuación de este grequista como un fracaso, o cualquier cosa que se le parezca. Este segundo puesto sabe más que bien, y quizás signifique un importante punto de apoyo en la carrera de un atleta joven, y con proyección para alcanzar mayores objetivos en un futuro cercano.
Este miércoles subirá a los colchones rumanos la librista Yudari Sánchez (68 kg), medallista de bronce en la edición de 2017, quien llega con la idea fija de mejorar el color de su presea y desquitarse de un Mundial de mayores en que las cosas no le salieron del todo bien.