Nosotros no perdemos finales

BARRANQUILLA.— Si ha sido imposible que casi toda la prensa cubana acreditada en estos Juegos Centroamericanos y del Caribe convergiera en una misma instalación, de seguro que en la noche de ayer eso sucedió. El punto final de la sexta jornada lo escribirían los conjuntos femeninos de baloncesto de Cuba y Colombia en el Coliseo Elías Chegwin para discutir la corona y los pronósticos sobre ese enfrentamiento no solo fueron la comidilla ayer de mis colegas, sino también de numerosos barranquilleros que vieron ese juego como una constancia de la rivalidad deportiva que hoy tienen estos dos países.

Tras las antillanas dominar en semifinales de punta a cabo a México, halada por la ofensiva de la espirituana Yamara Amargo, cortando rápidas transiciones de sus rivales y librándose muchas veces de la fuerte presión recibida, muy pocos pensaron que en la final el adversario que encontrarían las nuestras sería Colombia, vencedor por diferencia de cuatro puntos de Puerto Rico.

De la forma en que las cubanas sellaron su éxito contra las aztecas y avaladas por su condición de líderes del grupo A, en el que una de sus tres víctimas fueron las anfitrionas, la condición de favoritas nadie se la quita a las alumnas de Alberto Zabala. Además, la historia no le ha soltado la mano a las insulares desde la edición de Panamá 1970, donde comenzaron una dinastía que hasta hoy perdura con diez títulos y esperamos que el onceno haya llegado en la noche de ayer.

El estratega cubano declaró que el paso arrollador exhibido en el torneo fue algo no esperado y que en cada partido el conjunto cubano subió su nivel, mientras que en el choque de la final saldrían a ganarle al equipo local, lo que no le preocupa mucho, porque sus pupilas tienen el ánimo por los cielos y han dejado un preámbulo con pocas dudas de su excelente forma deportiva.

Asimismo, dijo sentirse muy satisfecho con sus jugadoras de cambio, en particular con las interiores Leannys Bécquer, de La Habana, y la guantanamera Yuniesky Bouly. Al cierre del diálogo, el entrenador principal se dejó llevar por las emociones y la seguridad que tiene en sus jugadoras y enfatizó: «Nosotros no perdemos finales».

Yamara Amargo regresó a la selección nacional luego de dos años alejada por la maternidad y su rencuentro con la camiseta del equipo Cuba en esta justa por momentos invita a recordar los tiempos en que era la mejor de nuestro conjunto patrio. «Alguien dijo que cuando una atleta regresa a su deporte después de ser mamá, vuelve mejor, y creo que no se equivocó, porque me he preparado poco a poco y me siento muy bien sobre la duela. Contra Colombia lo que puedo decir es que habrá una rivalidad muy bonita, jugamos en su casa», dijo la jugadora que acumula 65 unidades en cuatro partidos.

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