Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Cirujanos y carniceros

Una Francia imponente avanzó a semifinales tras vencer a 2-0 a Uruguay

Autor:

Enio Echezábal Acosta

Hablar de profesiones y oficios pudiera resultar un tema de conversación demasiado amplio y lejano en estos tiempos de Mundial. Pero si nos diera por tomar todas esas variables y compararlas con los equipos que compiten en Rusia, encontraríamos  muchísimas similitudes.

Siguiendo por esa línea, tras un momento de abstracción podríamos decir que los suizos juegan como relojeros, los españoles parecen hipnotizadores y que los islandeses lucen como leñadores sobre la cancha. Asimismo, los ingleses pudieran ser trabajadores del puerto de Manchester, y los argentinos psiquiatras (o sus clientes, lo que es casi lo mismo).

Para caer en sucesos más recientes, tanto como los cuartos de final que comenzaron hoy mismo, encontramos un par de selecciones que exhiben una manera de encarar los partidos que a ratos pudiera parecerse, pero que termina por diferenciarse luego de algunos minutos de observación.

Uruguay y Francia, dos de los históricos que habían sobrevivido a la «purga de gigantes» sucedida en esta edición de la Copa, buscaban un puesto en semifinales sobre la cancha de Nizhni Nóvgorod. Aun cuando muchos anticipaban un partido de alto nivel e intensidad, lo cierto es que rápidamente las cosas se mostraron más bien como el choque de dos estilos diametralmente opuestos.

Mientras los europeos intentaron encarar las cosas con un sentido más estético y preciso, simulando las maneras de un cirujano en el salón de operaciones, los del Río de la Plata hicieron gala de su característico juego tosco y sanguíneo, con el cual recordaron las costumbres de un buen carnicero mientras deshace una pieza con su cuchillo.

Así fue que la paciencia y el talento de los actuales subcampeones del Viejo Continente sirvió más que esa fuerza de la naturaleza que siempre son los muchachos del «profe» Tabárez. Pogba, Mbappé y Griezmann cortaron, cauterizaron y cerraron antes de que los charrúas notaran que estaban siendo abiertos en canal.

Como única respuesta, la tropa celeste intentó buscar en largo y por arriba a Suárez y a Christian Stuani, suplente del lesionado Cavani. Hubo esperanza para ellos mientras el gol de Raphaël Varane marcó la diferencia, pero un error de Muslera ante un tiro lejano de Griezmann terminó por romper el partido.

Aun así, los suramericanos no traicionaron nunca sus instintos y siguieron incordiando al meta galo Hugo Lloris, quien supo sortear semejante «tiroteo» con sobriedad y alguna que otra mano milagrosa. Al final, insistencia aparte, sobrevino la frustración para los derrotados, a la vez que los franceses respiraron tranquilos luego de pasar con nota un examen demasiado parecido a una corrida de toros.

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