El español Iago Aspas marcó un gol memorable frente a Marruecos. Autor: Getty Images Publicado: 25/06/2018 | 08:12 pm
La que hasta ayer era la Copa del Mundo de las sorpresas, dejó de serlo por un día, aunque definitivamente no fue porque los favoritos estuvieran demasiado empeñados en conservar su estatus. Una fecha de nervios, goles de último minuto y tal vez con demasiados sustos para los «grandes» del fútbol mundial fue el patrón que siguió este nuevo capítulo de aventuras mundialistas en Rusia 2018.
El suspenso fue protagonista en el grupo B, que se definió entre suspiros, matemáticas y alguna que otra lágrima. Portugal y España llegaban —muy— empatados en la cima de la llave, pues además de los puntos, tenían exactamente la misma cantidad de goles anotados y permitidos. Solo el juego limpio salvaba a los campeones de 2010 en caso de un «abrazo» al final del tercer partido, pues habían recibido menos amonestaciones que sus vecinos de la Península Ibérica.
Ambos choques comenzaron como se esperaba, con los líderes proponiendo y con la posesión del balón. En Kaliningrado, España parecía la de siempre, tocando de un lado para otro en busca de abrir el marcador, cuando de pronto los magrebíes aprovecharon un error en la media cancha y se pusieron por delante. Temblaron todos en la tierra hispana, desde Bilbao hasta Málaga, con la diana de Khalid Boutaib (14’), y si no lo hicieron más fue porque Isco puso la paridad cuatro minutos más tarde.
No obstante, no se veía a los españoles con la misma «salud» demostrada en los partidos previos. La tranquilidad no llegaba ni siquiera al verlos con la pelota, pues aparte de eso poco más lograban. Aún con el balón monopolizado, todos los síntomas señalaban hacia un nuevo susto. El «coco» de turno fue Youssef En Nesyri, quien a diez del final dejó en silencio a la hinchada roja. No obstante, miedo aparte, las cuentas todavía iban saliendo.
Al mismo tiempo y casi a 2 000 kilómetros de distancia, en Saransk, Portugal iba bien. Al filo del descanso, una obra de arte de Ricardo Quaresma puso encima a los lusos, resultado que acomodaba las piezas. Un rato después, desde lejos llegaba la noticia de la ventaja marroquí. Antes, Cristiano Ronaldo había fallado el tanto que pudo agrandar su ventaja.
Todavía no se presagiaba el terror, hasta que en tiempo agregado los asiáticos empataron desde los 12 pasos, casi a la vez que del otro lado Iago Aspas igualaba las cosas para España. El último vuelco en los corazones portugueses vino de los pies de Mehdi Torabi, quien falló tal vez la jugada que hubiera salvado a los iraníes.
Al final, los de Fernando Hierro pasaron de primeros y se enfrentarán a los rusos —derrotados 3-0 por los uruguayos— en octavos. En el otro tope, Ronaldo y su tropa tendrán que medirse a los charrúas, en un partido que de seguro mantendrá en alerta a todos los cardiólogos del gigante euroasiático, y a no pocos de la Isla.
Resultados del 25 de junio: Uruguay 3-0 Rusia (Suárez 10’, Cheryshev 23’PP y Cavani 90’); Arabia Saudita 2-1 Egipto (Al-Faraj 45+6’P y Al-Dawsari 90+5’/Salah 22’); España 2–2 Marruecos (Isco 19’ y Aspas 90+3’/Boutaib 14’ y En Nesyri 81’); Irán 1–1 Portugal (Ansarifard 90+4’P/Quaresma 45’).
Los duelos de hoy:
Dinamarca-Francia (10:00 a.m.): Ya clasificados los galos, un empate les bastaría para ser líderes, mientras que ese mismo resultado valdría a los daneses para pasar, pues ahora con cinco unidades se alejarían definitivamente de Australia.
Australia-Perú (10:00 a.m.): Un partido de honor más que de posible boleto para los de Oceanía, quienes deberán ganar y depender del resultado del otro encuentro del grupo. Para Perú será también la hora de reivindicarse y de anotar al menos un gol que justifique su presencia en territorio ruso.
Islandia-Croacia (2:00 p.m.): Aunque los croatas no se juegan nada, querrán terminar con la cabeza en alto una fase previa brillante. A la vez, los islandeses todavía mantienen esperanzas de avanzar, aunque para ello deberán implorar por un milagro.
Nigeria-Argentina (2:00 p.m.): El partido de la fecha, el cual debe definir posiblemente el acompañante de los balcánicos. Si los nigerianos se juegan el boleto, los rioplatenses ponen además en juego su orgullo propio y el respeto a la camiseta nacional.