Mientras el ruido del Vicente Calderón daba fe de la satisfacción de los hinchas del Atlético de Madrid por su clasificación a los cuartos de finales de la Copa del Rey y el esperanzador inicio de año que vive el club colchonero, los jugadores de Las Palmas tejían, silenciosamente, dos goles que a la postre que les valieron el triunfo en el juego, aunque no el pase a la siguiente ronda.
Con su victoria por 3-2, los visitantes rozaron la clasificación en los últimos segundos del partido, pero se quedaron a una perforación de conseguir el avance. Sin embargo, son los alumnos del «Cholo» Simeone quienes continúan en la puja por asir el trofeo.
Cabe aclarar que los locales fueron muy superiores durante casi todo el encuentro. Sabedores de su ventaja de 2-0 en el cotejo de ida, amainaron los embates de sus oponentes en los primeros minutos del desafío, para concluir la primera parte con un empate sin goles.
En la segunda mitad, ya con el tiempo como aliado, el Atlético aceptó el reto de Las Palmas y el partido tomó ritmo. De una de las jugadas de ataque hilvanadas por la delantera local- integrada esta vez por Griezmann y Correa-, nació el primer gol, cuando el francés culminó con acierto en el minuto 49 una bella jugada de equipo.
Ripostaron los de Quique Setién al 57´ por intermedio de Livaja, aunque cuatro minutos más tarde Correa puso nuevamente la ventaja en el tanteador para los de casa.
Así pasaron los minutos, con un sólido Atlético resguardándose en su propio terreno e intentando conservar su renta. Pero al 89´, Livaja aprovechó la fragilidad en la defensa local y se apuntó su segunda perforación de la noche, mientras al 92´ Mateo le obsequiaba el triunfo a los suyos.
Entonces se inquietó la afición rojiblanca ante la posibilidad de un nuevo gol canario que los sacara del torneo. Por suerte, para beneplácito de Simeone y los suyos, eso no sucedió. Cuando el colegiado decretó el final, los colchoneros respiraron sosegados por el avance, mientras Las Palmas se marchó a casa con el buen sabor de la victoria en una campo difícil como el Calderón.