Sergey Karjakin no pudo doblegar Magnus Carlsen. Autor: Web del torneo Publicado: 21/09/2017 | 06:42 pm
Un ajedrecista hacía sus pinitos como funambulista. Magnus Carlsen (2853 puntos de Elo) caminaba, sin ayuda de nada, por una cuerda fina y poco resistente que comenzaba en el Edificio Chrysler y moría en el Empire State de la bella Manhattan, donde entre el ir y venir agitado de los neoyorquinos, se juega el Campeonato Mundial de ajedrez. Desde esa cima, suspendido a muchos metros de altitud, el noruego miraba al frente, abajo y arriba con vértigo y desespero, pero se creía apto para no caer al vacío.
En un extremo, agitando la cuerda, estaba Sergey Karjakin (2772), un ruso demasiado intrépido, ante todo «creído», hasta el preciso momento en que olvidó que Carlsen es capaz de soplar vientos tan fuertes, que en un santiamén producen borrasca. Y el rey del ruso respiró polvo en el suelo por primera vez en el match este jueves, para de una vez darle muchos toques de interés a esta porfía: un triunfo por bando, ocho empates, cinco puntos para ambos y, lo más crispante, dos rondas para intentar definir el campeón.
Karjakin, número nueve del mundo, no pudo doblegar al llamado Mozart del ajedrez, quien en este nuevo concierto estuvo afinadísimo con piezas blancas y no dejó escapar su victoria, tras 75 movimientos de una Apertura Española.
El GM cubano Omar Almeida, tras un análisis online del cotejo, declaró a JR que «fue una partida muy pareja en casi todo momento, hasta que Carlsen realizó una estrategia dudosa, que le dio la posibilidad a Karjakin de entrar en una jugada que habría decretado las tablas y hubiese puesto al noruego contra las cuerdas. Sin embargo, Magnus estuvo siempre ligeramente mejor por la estructura de peones, hasta que fue incrementando la ventaja gracias a los apuros de tiempo, para finalmente igualar el match, a falta de dos rondas».