Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Cuando el ocio tiene cura

Los beneficios de la actividad física al aire libre, unidos a la gratuidad del servicio, convierten a los gimnasios biosaludables en una opción recreativa de gran atractivo

Autores:

Javier Rodríguez Perera
Mabel Sánchez Torres
Liz Conde
Eduardo Grenier Rodríguez

Quizá sea la realización sistemática de ejercicios físicos, el factor clave para llegar en buenas condiciones a la tercera edad. Roberto Oliva, corredor de maratón de 58 años, lleva 44 de ellos dedicado a esta desgastadora prueba y confiesa sentirse mejor ahora que en su juventud.

Casi todas las mañanas se levanta temprano y acude con prontitud a la pista de la Ciudad Deportiva. Al terminar, culmina su rutina en un gimnasio biosaludable de dicha instalación, pues al decir de Roberto es «lo mejor que hay para mantener un estilo de vida sano». No importa la intensidad del sol o si la lluvia humedece el amanecer capitalino, él conserva su afán de mantenerse activo físicamente.

Similar al «ritual» del antiguo atleta, personas de todos los grupos etarios disfrutan de los gimnasios biosaludables: adolescentes y jóvenes estimulados por mostrar un físico musculoso, mientras que quienes peinan canas también se suman a la práctica de ejercicios, ya sea por recomendación médica o en busca de un espacio de socialización.

«Este bienvenido proyecto surgió en 2009 cuando se recibieron los primeros módulos, donados por la provincia española de Murcia», explicó Dania García Fernández, metodóloga nacional de Actividades Físicas Comunitarias.

Al año siguiente, el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (Inder) inició la compra y distribución de los gimnasios, con un costo cercano a los 3 000 cuc cada uno. Los también llamados parques biosaludables «fueron situados en áreas deportivas o espacios abiertos, que propiciaran el libre acceso de los ciudadanos. Se trata de una decisión conjunta entre los gobiernos locales y las direcciones de Deporte en cada territorio», añadió la metodóloga.

Actualmente existen 531 brindando servicios en todo el país, y cada municipio dispone de al menos uno, lo que representa el 32,7 por ciento de las aspiraciones de dotar con esta opción a cada Consejo Popular. A su vez, las provincias que cuentan con un mayor número de instalaciones de este tipo son La Habana (91), Santiago de Cuba (37) y Granma (32), mientras que el municipio especial Isla de la Juventud es el menos favorecido, con solo cinco.

Por una sociedad inclusiva

Los beneficios de la actividad física al aire libre, unidos a la gratuidad del servicio, hacen de los parques biosaludables una opción recreativa para paliar el sedentarismo.

Si bien los gimnasios incluyen 11 equipos, inicialmente, en cada biosaludable solo se ubicaron alrededor de cinco o seis, con el fin de implementar la iniciativa en un mayor número de localidades, y en igual medida garantizar el acceso de los habitantes.

En el caso de las adquisiciones más recientes, presentan tres aparatos destinados a personas con limitaciones físico-motoras, pues se trata de una propuesta que aspira a la inserción de todos los ciudadanos.

Por otro lado, el envejecimiento poblacional en Cuba y la posibilidad de aprovechar los gimnasios como espacios atractivos para los abuelos, son algunos de los factores que propician la asistencia de una notable cifra de personas de la tercera edad a las áreas deportivas. Ellos, a través del ejercicio físico, combaten padecimientos como la obesidad y la osteoporosis.

Luis Sánchez, de 68 años y diagnosticado con diabetes mellitus tipo II, reconoce que la combinación de una dieta balanceada y la actividad deportiva en los biosaludables facilita la convivencia con la enfermedad crónica. «Desde que comencé a asistir hace cuatro años he logrado mantener el peso corporal y, lo más importante, dejé de inyectarme insulina», confiesa alegremente el anciano, natural de la localidad capitalina de Boyeros.

Igualmente, muchos jóvenes y otros como Diego Rivera, de 44 años —quien dice estar viviendo «la segunda juventud»—, optan por esta oferta, pues asegura que es la vía propicia para mantenerse en forma luego de abandonar la práctica del boxeo y otros deportes, en los que se desempeñó durante varios años.

La flexibilidad del horario en un número notable de gimnasios biosaludables es otro punto a favor, algo que reconoce Adrián Vila. «Asisto cuatro veces durante la semana y lo simultaneo en sesiones matutinas y vespertinas, lo que me permite programarme para las exigencias docentes», nos comentó este joven universitario.

Pensar en el bien común

Originalmente se previó ubicar las instalaciones sin protección, para garantizar el libre acceso de los pobladores. No obstante, en algunos casos han sido cercadas para evitar el daño a los equipos y el robo de algún aparato, aunque hechos de esa naturaleza todavía suelen ser esporádicos.

Sobre esto, la metodóloga García Fernández insistió en que se debe fomentar el sentido de pertenencia por parte de los ciudadanos. «No es solo responsabilidad del Inder su mantenimiento, sino también de la comunidad».

Suzanne Ugalde, vicepresidenta del Consejo de la Administración de La Habana Vieja, encargada de Deporte y Recreación, comentó que el territorio cuenta con cuatro parques biosaludables, uno de ellos, antiguamente enclavado en el parque San Juan de Dios, se reubicó en dos nuevos terrenos porque sus equipos fueron objetos de varios intentos de robo.

Wilfredo Marzán, director de Deporte en la misma localidad, precisó que entre todos los gimnasios arrojan un promedio de 180 practicantes diarios. Es por ello que la administración municipal asigna un presupuesto anual de 60 000 CUP con el fin de garantizar el mantenimiento de las instalaciones y aumentar el número de áreas deportivas.

En muchas ocasiones son los más pequeños quienes atentan contra el buen funcionamiento de los aparatos, cuyos colores y formas les resultan llamativos, como los ubicados en los parques de diversiones. Los profesores asignados a cada entidad deportiva, así como los asistentes, deben velar por el cuidado de los equipos, para seguir haciendo sostenible esta idea desde el punto de vista económico.

Orlianis Paisán, quien frecuenta el gimnasio biosaludable del combinado deportivo Jesús Montané, destacó que «los niños utilizan los equipos de forma indebida, y los adultos debemos llamar su atención. Eso es casi una constante cada vez que vengo».

Es preciso concientizar a la población de que el adecuado uso contribuye no solo al resguardo de la propiedad colectiva, sino también a la prevención de accidentes. La implicación de la ciudadanía en la salvaguarda de los bienes comunes, pareciera ser todavía una asignatura pendiente para la sociedad cubana.

Pulso entre biosaludables y particulares

Aun cuando el acceso a los biosaludables es libre de costo, hay quienes optan por los gimnasios particulares, pues consideran que son más efectivos en cuanto a disposición de instructores y al aumento de la masa muscular en menor tiempo.

«Prefiero asistir a los particulares porque el ritmo de los ejercicios es más intenso y tengo la garantía de contar con un entrenador, a diferencia de los biosaludables, en los cuales no siempre hay un especialista», comentó Cristian Cabrera.

Con respecto a la asignación de licenciados en Cultura Física a los gimnasios biosaludables, García Fernández destacó que «en los horarios de mayor demanda debe existir un profesor encargado de trabajar directamente con el practicante. Este profesional es responsable de la realización de un test para conocer la capacidad física de la persona».

Asimismo, subrayó que los entrenadores tienen la indicación de colocar pancartas, para que en su ausencia, los asistentes conozcan el nombre de los aparatos, sobre qué músculos se puede trabajar con ellos, el número de repeticiones adecuadas, así como la forma correcta de realizar el calentamiento y la respiración, esenciales para una ejercitación segura.

Sobre este aspecto, no estaría de más el apoyo institucional, pues quizá no todos los especialistas cuenten con los recursos necesarios para cumplir con la orientación; se trata de instalaciones al aire libre, y se necesitarían materiales resistentes a las condiciones ambientales para la confección y durabilidad de los necesarios carteles de instrucción.

«Al principio iba a un gimnasio particular, pero cuando abrieron un biosaludable cerca de donde vivo, empecé allí y realmente no hay mucha diferencia entre uno y otro. La profesora nos orienta y además la enseñanza es gratis», expresó Dora Seoane.

Según explica Luis Córdoba, profesor vinculado al gimnasio biosaludable del complejo deportivo Parque Cristo, en la capital, el ejercicio que se realiza en los gimnasios tradicionales, en ausencia de una adecuada orientación, puede provocar deformaciones u otro tipo de lesiones. En el caso de los biosaludables, la práctica está dirigida a combatir la obesidad y estimular el trabajo muscular, de manera que los resultados son más perdurables.

Por su parte, Domingo Vega, máster en Cultura Física Terapéutica y profesor principal de masaje de la Universidad del Deporte Comandante Manuel Fajardo, acotó que los biosaludables cuentan con equipos para trabajar el abdomen y las extremidades, a partir del peso corporal, que si bien no aportan grandes tonificaciones, sí son más recomendables e higiénicos, pues están enclavados en espacios abiertos.

Cuestión de voluntades

Al cierre de 2015 el Inder contaba con más de 10 500 especialistas en actividad física comunitaria. No obstante, todavía persisten algunas inconformidades por parte de la población (al menos en la capital) en cuanto a la disposición de instructores en los parques biosaludables, pues en algunos de los gimnasios visitados por JR las personas alegaban que practicaban ejercicios sin la ayuda de ningún especialista.

«El desconocimiento sobre la forma correcta de ejercitarse puede causar graves lesiones musculares», expresó Alain Oviedo, quien practicó deportes durante varios años.

Por su parte, Dayron Hidalgo señaló que la importancia de un profesional y la presencia regular de estos en las instalaciones es fundamental para estimular la asistencia de las personas, pues «a veces vienen un día —los preparadores— y luego no aparecen».

Incorporar a la rutina los aerobios o implementos como pelotas y suizas, son propuestas que se llevan a cabo en algunos parques biosaludables, pero debiera aplicarse en la mayoría, aunque depende de la voluntad de los entrenadores, quienes pueden dirigirse a los combinados deportivos de su localidad y solicitar allí los instrumentos, agregó Mario López, metodólogo nacional de Educación Física.

Una extensión mayor de estos gimnasios en la Isla tendrá una incidencia positiva en la población; alentadora en las intenciones de formar ciudadanos integrales, capaces de potenciar hábitos y estilos de vida saludables.

Aunque el proyecto es aplaudido como un medio de recreación sano, es preciso apelar a la disposición de las instituciones pertinentes para garantizar lo que en Cuba constituye un derecho pleno del pueblo. No debemos olvidar que se trata de una iniciativa a la que todavía le falta camino por andar, pero le sobran virtudes para ofrecer a sus practicantes.

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