Nacimiento

Faltan 12 días para que la lujosa ciudad de Toronto, en Canadá, se convierta en la capital de las Américas. Porque los Juegos Panamericanos tienen más magnetismo que un imán. Es la ley de la atracción del deporte.

Y como todo el continente «se mudará» entre el 10 y el 26 de julio para esa urbe, JR también instalará un campamento allá —una suerte de operación guerrillera, con laptop en la mochila y pies ligeros para recorrer las instalaciones en tiempos que preocuparían hasta al hijo del viento, don Usain Bolt— para contarles a ustedes cada actuación de los deportistas cubanos.

Toronteando es una sección que nace para dibujar con palabras e imágenes la vida de Toronto durante esos días. Aquí sabrá de aventuras, encuentros, diálogos, hechos insólitos. Del abrazo de atletas que hacía tiempo no se veían. De los periodistas que chocan cada cuatro años en la sala de prensa. De todo un poco, si es que mi pincel alcanza para abarcar una historia de tal magnitud, porque los Juegos Panamericanos son el tercer evento deportivo más concurrido del mundo, después de las Olimpiadas y los Juegos Asiáticos.

Julio es un mes excepcional para practicar deportes en Toronto, ciudad ubicada a 112 metros sobre el nivel del mar. El verano allí es cálido (sin excesos) y pocas veces en ese lapso los termómetros rebasan los 30 grados centígrados.

El Comité Organizador de los Juegos aspira a que por esos días la ciudad sea una fiesta gigante, de principio a fin. Deporte y arte. Circo, conciertos, exposiciones. Saltos, carreras, goles, canastas, jonrones… De todo habrá en el tercer centro financiero más grande de Norteamérica (incluido Estados Unidos).

Allá estarán los cubanos. Para competir. Ganar. Y sobre todo, departir. Para seguir tendiendo puentes solidarios, desde el deporte, entre el norte y el sur del continente. Para hablar en un lenguaje común, el de los Juegos. Para aprender y enseñar. Y allá estaremos para contarles.

Vea además en PDF:

Calendario de los XVII Juegos Panamericanos de Toronto

La casa de los Juegos