Pedro Pablo Pichardo. Autor: Calixto N. Llanes Publicado: 21/09/2017 | 06:12 pm
Que si Cuba se mantiene en el segundo. Que si ese puesto será para Brasil o Canadá. Por esa pista corren las polémicas mediáticas cuando las delegaciones a los XVII Juegos Panamericanos de Toronto, a celebrarse entre el 10 y el 26 de julio, ultiman sus entrenamientos.
Cuba, como tantas otras veces, sabrá erguirse. «Vamos por nuestro tradicional puesto en el medallero», dicen los atletas. Y lo expresan sin alarde. Seguros de sí.
En Toronto, el luchador Mijaín López, abanderado de la embajada atlética, buscará su cuarto título consecutivo en estas lides. La pelota, orgullo nacional, quiere recuperar su trofeo. Y hasta el jovenzuelo Pedro Pablo Pichardo podría «obsequiar» un récord mundial en triple salto.
Serán unos Juegos Panamericanos reñidos de principio a fin. Pero Cuba cuenta con un arma secreta y exclusiva, garantía del éxito en tantas contiendas: la fuerza de su corazón y la inteligencia de sus músculos.