Cuba buscará en la final de la Concacaf uno de los cuatro boletos para la Copa del Mundo, categoría sub-20. Autor: Cortesía de Producciones de la 5ta. Avenida Publicado: 21/09/2017 | 06:00 pm
A los integrantes de la selección cubana de fútbol sub-20 años, solo les asiste una idea: clasificar para la Copa del Mundo de esa categoría, que se dirimirá este año en Nueva Zelanda.
Por eso, apenas tuvieron asueto de fin de año. La Escuela Nacional ubicada en el estadio capitalino Pedro Marrero fue su morada. Según he escuchado, allí, casi literalmente, «durmieron con el balón debajo de la almohada», porque era muy escaso el tiempo que les restaba para la salida —concretada la víspera— hacia Jamaica, sede de la gran final de la Confederación Norte, Centroamericana y del Caribe (Concacaf), del 8 al 24 de enero próximos.
En la justa jamaicana moverán la esférica 12 equipos, en busca de cuatro boletos para la cita neozelandesa. Y permítanme recordarles que en 2013, Cuba clasificó por primera vez en la historia para una Copa del Mundo sub-20, dirimida en Turquía, con el mismo equipo que intervino en el torneo futbolístico de los Juegos Centroamericanos y del Caribe, en Veracruz.
Por cierto, el actual cuadro sub-20 cubano cuenta para esta ocasión con dos jugadores que pisaron la grama del estadio veracruzano Luis «Pirata» Fuentes y que tan buena imagen dejaron. Me refiero a los talentosos Brian Rosales y David Urgellés, quienes serán piezas claves en la tropa del técnico y ex portero William Bennet.
Además, en la nómina convocada para ir a Jamaica, aparecen hombres de ataque como el volante creativo Frank Manuel López y el ariete habanero Eddy Luis Sanamé, así como el cancerbero Elier Pozo y el incisivo volante de llegada Roberney Caballero, uno de los chicos que más me agradó con su accionar en los dos partidos amistosos que disputó Cuba contra Aruba, el mes pasado.
Realmente, tuve la oportunidad de asistir a esos juegos. Y aunque los arubeños no fueron un buen medidor, el arma más efectiva que aprecié en el colectivo cubano fue la seriedad y compenetración en las labores defensivas y los pocos espacios libres que le cedían al rival. Pero sus volantes y delanteros precisan «enlazarse» mejor y, claro está, ser más efectivos de cara al gol. Esperemos que esa asignatura pendiente sea superada ahora en Jamaica.
Cuba debutará el 10 de enero contra el favorito cuadro de México, en el Complejo Deportivo de Montego Bay, en Kingston, sede del grupo B que también integrarán las selecciones de Haití, Canadá, Honduras y El Salvador. En la llave A jugarán Estados Unidos, Trinidad y Tobago, Aruba, Panamá, Guatemala y el elenco anfitrión.
Los líderes de cada grupo clasificarán de manera directa a la Copa Mundial de Nueva Zelanda. Entretanto, los equipos que se ubiquen en la segunda y tercera plazas de cada llave, serán «sembrados» por sus resultados en la fase eliminatoria. Entonces, el mejor de este cuarteto enfrentará al que menos puntos haya conseguido, mientras que el segundo lugar lo hará contra el tercero. Los ganadores de esos dos partidos también asistirán a la justa del orbe.