Todos nacimos de una mujer. Por eso, a ellas debemos cariño, atención y respeto total. Y en el deporte, como no tiene derecho alguno de ser la excepción, también precisamos luchar por la plena igualdad de las féminas.
En una fecha como la de ayer, pero del año 1999, se oficializó el Día Internacional por la eliminación de la violencia contra la mujer. A pesar de encontrarnos en pleno siglo XXI, ellas siguen siendo víctimas de un trato desigual en todos los niveles, incluso en el deporte.
Y el Comité Organizador de estos XXII Juegos Centroamericanos y del Caribe (JCC), en Veracruz, no quería pasar por alto esta fecha, máxime cuando el 43 por ciento de los 5 066 atletas que aquí compiten, son chicas.
En conferencia de prensa, la especialista mexicana Paola Villacaña, titular de la Unidad de Géneros de los JCC, aludió a que las féminas apenas fueron representadas en las primeras citas regionales. Su debut se enmarca en la tercera edición de La Habana 1930 —¿será casual?—, donde actuaron en solo tres deportes: atletismo, baloncesto y natación.
Paola fue categórica en su exposición: de manera general, el 47 por ciento de las medallas de estos Juegos, antes de la jornada de hoy (ayer), pertenecen a mujeres. Entonces, ¿por qué no se les abre más espacio en la esfera deportiva? ¿Será porque se les considera el sexo «más débil»? Craso error.
A la conferencia de prensa asistió la jugadora puertorriqueña de baloncesto Mari Plácido, medallista de plata aquí —cayeron en la final contra Cuba—, quien afirmó que las féminas tienen el mismo deseo de salir adelante en el deporte. «Tenemos el mismo talento y potencial, hacemos el mismo trabajo, pero no se nos valora igual. En mi país, se le presta más atención, apoyo y oficio, a la liga varonil. Piensan que nosotras no estamos tan capacitadas como ellos para realizar el trabajo. Por eso, luchamos por inculcarles a las niñas que sí pueden practicar baloncesto, aunque existan tantos detractores».
Otra joven asistente a la cita de este martes con la prensa acreditada fue la anfitriona Karla Urrutia (squash). «En épocas anteriores, nosotras tuvimos entrenadores de Paquistán, un país de alto nivel en ese deporte. Y se apreciaba claramente que nos trataban tal como hacen con las mujeres en su país. Las mexicanas luchamos cada día más por liberarnos de esa evidente desigualdad que tenemos con los hombres. Y en términos deportivos, les comento que en este preciso instante (9:00 a.m. del martes), la delegación mexicana posee 72 medallas de oro, de las cuales 43 pertenecen al sector femenino».
Pienso que la traducción es fácil: vía libre a las mujeres y «tarjeta roja» al mínimo intento de violencia contra ellas.