La jabalina es el arma preferida de Leonel. Autor: IAAF Publicado: 21/09/2017 | 05:37 pm
El reloj no aguanta más. Mira hacia Moscú y las manecillas parecen pedir «botella», como buscando un aventón para llegar antes de tiempo al estadio Luzhniki. Tras dos años de espera, hasta la Venus de Milo se comería las uñas, y aunque el nerviosismo tiene fama de inoportuno, trataré de mantener un «pepino» con tilo a la izquierda de mi balance, en lo que pierdo la cordura con el corre y tira del Campeonato Mundial de Atletismo que comienza mañana.
Ocho horas de diferencia entre Cuba y el Kremlin nos obligan a levantarnos de madrugada si pretendemos «grabarlo» todo en vivo, pero de este lado del Atlántico sobran los «locos» para acometer tamaña «locura». Así, el sábado tendremos que programar el despertador para la 1:30 a.m. —de tan solo escribirlo se me cierran los ojos—, pues a la discóbola Yarelis Barrios pocos querrán perdérsela cuando muestre los músculos en el grupo A. Una hora y 20 minutos después, y también entre cafecitos, podrán disfrutar de sus paisanas Denia Caballero y Yaimé Pérez, inscritas en la llave B, junto a la intimidante y favoritísima croata Sandra Perkovic.
Los organizadores exigen 63 metros para avanzar a la siguiente fase, distancia que nuestra ilustre pinareña «merienda» a menudo y que en la actual temporada —casi nunca, para ser precisos— no le ha dado quehacer (67,36 como envío cumbre y ocho disparos por encima de la cota subrayada).
Yaimé reposa con un 66,01 metros y siete Ovnis sobre lo establecido, mientras que Denia aparece con 63,47 metros vencidos en lo que va de año y dos firmas más allá de la marca clasificatoria.
A la 1:35 a.m. el decatlonista Leonel Suárez probará su linaje en el hectómetro, y transcurrida una hora sacará el extra a un paso de la plastilina. La bala probará su cuello sobre las 4:20 a.m., y el salto alto reserva emociones 190 minutos después. Finalmente surcará el óvalo tratando de computar un acumulado que le permita arribar al segundo día —su jornada más fuerte— flotando en el medio del pelotón, y así escalar al podio como siempre lo hace, ayudado por sus potentes jabalinazos y su decisivo empuje en los 1500.
Pértiga en mano, Lázaro Borges volará a las 2:15 a.m., y aunque los 5,70 metros pactados para avanzar a la discusión de preseas solo le han guiñado el ojo una vez en la presente campaña (5,71 el 13 de julio), la gran final debe contar con el subcampeón universal de Daegu 2011.
En los 800 metros, Andy García (1.45,72 minutos este año) tendrá que encerarse las zapatillas a las 3:20 a.m. si quiere conseguir alguno de los tres primeros lugares de su heat eliminatorio, pues entre los ocho enlistados solo dos presentan peores registros. Tal vez agarre uno de los seis cupos disponibles para los más veloces fuera de los 24 clasificados, pero las matemáticas indican que ocho de los 48 atletas en pugna (descontando a los agraciados) tienen más chances. De todas formas está al borde de la olla y saboreando el «potaje». ¿Qué me dicen?
Roberto Janet tendrá que calcar ese martillazo de 77,08 metros que soltó en La Habana hace un año y cinco meses, pues en Rusia piden un «pasaporte» de 77 metros exactos para colarse en la segunda ronda. Su 76,75 del periplo en curso no le augura buenos vientos a las 11:05 a.m.
El capítulo inaugural de la magna justa tendrá como principales atractivos las finales de la maratón entre mujeres y los 10 000 metros para hombres, así como los heats clasificatorios del hectómetro masculino (2:15 p.m.), con Usain Bolt como estrella del show.