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Ante la eventual eliminación de las cabeceras, los púgiles han de desarrollar un mejor arsenal defensivo. Autor: Marcelino Vázquez Hernández/AIN Publicado: 21/09/2017 | 05:24 pm
Finalizaron las vacaciones para los jóvenes cubanos, quienes con nuevos bríos en su andar ya se han reincorporado a los centros estudiantiles o laborales.
Y el movimiento deportivo no es la excepción. Tras su loable rúbrica en los pasados Juegos Olímpicos de Londres, donde se alzaron con dos títulos y par de medallas de bronce, los boxeadores también han retornado a sus entrenamientos.
El principal objetivo es prepararse para los venideros torneos, con los cuales cerrarán el año: el Campeonato Mundial Juvenil y el Torneo Nacional Playa Girón.
Aunque parezca increíble —como me sucede a mí—, la Asociación Internacional de Boxeo Amateur (AIBA) tiene previsto efectuar el próximo mes la cita del orbe para menores de 19 años, ¡que aún no tiene sede!
Primero se programó en Bakú (Azerbaiyán) y luego se le asignó a Tailandia, pero en la justa olímpica de Londres los tailandeses fueron amonestados por la AIBA y, en respuesta, la federación de ese país determinó no acoger la justa juvenil.
Pero más allá de una «localidad indefinida», la preselección juvenil cubana de 15 chicos —diez de ellos enrolados en la nómina del elenco mayor—, suda la camiseta en el gimnasio de la Esfaar Córdova Cardín (Escuela Superior de Formación de Atletas de Alto Rendimiento), bajo las órdenes del grupo de entrenadores encabezados por Humberto Horta.
Allí aparecen, entre otros, jóvenes talentosos como el supercompleto Yoandri Toirac, el ligero welter Kevin Brown, el welter Osnay Bencomo, el pluma Alexei Guibert y el ligero Luis Oliva, quienes este año desarrollaron una gira por Rusia, en la cual enfrentaron a muchos de los rivales que volverán a ver próximamente sobre el definitivo ring de la cita universal.
Por demás, tras el regreso del certamen, esa dotación juvenil representará a sus respectivas provincias en el torneo nacional Playa Girón, con sede en Santiago de Cuba, en diciembre.
Todos los territorios han cerrado filas en aras de un entrenamiento más íntegro para sus elencos. Y cuando aún restan tres meses para el sonido del primer campanazo, la pugna ya está «cantada» entre las escuadras de Camagüey, Guantánamo, La Habana y Santiago de Cuba, todas integradas por figuras más experimentadas.
Pero Pinar del Río también quiere «reincorporarse» a los primeros escaños. Y para ello cuenta con el empuje del campeón olímpico Roniel Iglesias (64 kg) y de Lázaro Álvarez (56), titular del orbe.
A saber, esta será la última edición del torneo Playa Girón en la que los boxeadores utilizarán las cabeceras. En su congreso de Bakú, en octubre de 2011, la AIBA dictaminó su eliminación a partir de enero de 2013 en la categoría mayor. Los cadetes, juveniles y las mujeres sí las seguirán empleando.
No es necesario recordarles cómo reaccionan los espectadores cuando los rivales entran en un buen intercambio y, de pronto, se oye la llamada de stop del árbitro, porque se ha zafado uno de esos aditamentos.
El boxeo es un espectáculo y nuestro país pide a gritos su rescate, tras haber perdido su popularidad de otrora. Y sin cabeceras no habrá más detención de las peleas por el ya habitual inconveniente de marras, en tanto deberán retornar los nocauts que levantan al graderío.
Entonces, dada la reconocida potencia del pugilismo cubano en cualquier época —incluso cuando no se usaba este protector de cabeza—, la decisión no le afectará en lo absoluto.
Lo que sí se precisa, es desarrollar un mejor arsenal defensivo, para evitar los potentes golpes «que se avecinan».
Pero este tema y el relacionado con el boxeo femenino pudieran ser abordados en otros comentarios.
