Los cubanos se despidieron con triunfo en la etapa clasificatoria. Autor: Getty Images Publicado: 21/09/2017 | 05:22 pm
Novi Sad.- Tan agradable como el arribo fue la despedida de la selección cubana de esta bella ciudad serbia, donde ayer derrotó en cuatro sets a su similar de Japón antes de enfilar hacia Bulgaria para animar la final de la presente Liga Mundial de voleibol.
Tal y como lo había anunciado el técnico Orlando Samuels, a la cancha de la sala Vojlvodina retornó la formación regular. Y aquellos que hicieron un extraordinario esfuerzo para labrar el camino hacia el país de las rosas, ahora masacraron a los nipones en los dos primeros sets con parciales de 25-17 y 25-15.
Con otro punto en la bolsa, entonces hubo minutos para todos en la fiesta. Estuvieron muy cerca los más jóvenes de cerrar la pinza, pero finalmente los asiáticos tuvieron como premio de consuelo la victoria parcial en el tercer tramo por 25-21.
Poco duró su fortuna, y el anhelado primer triunfo frente a un equipo cubano en estas lides seguirá siendo una asignatura pendiente. Con las incorporaciones de Wilfredo León, Yenri Bell y Rolando Cepeda vieron reaparecer sus «demonios», y terminaron capitulando con el adverso 25-19 del cuatro acto.
Esta vez fue Bell –jugó todos los sets- quien se encargó de terciar las mejores armas, apuntándose 22 unidades. Mientras, el joven central Danger Quintana, Cepeda y León hicieron la escalera con 12, 11 y 10 aportes, respectivamente.
Así, tranquila y alegre, terminó la travesía del elenco cubano por la fase clasificatoria del torneo, sellada con balance de diez triunfos y dos derrotas. El dominio del difícil grupo A, la «decapitación» del último rey en estas lides, y la clasificación sin la necesidad de gastar las dos últimas balas son hazañas que nunca encontrarían espacio suficiente en estas líneas.
La satisfacción entre los jugadores y el cuerpo técnico es tan inmensa como el reto que será enfrentar a partir de la próxima semana a otros equipos tan o más potentes que los ahora dejados en el camino.
El dolor por la ausencia en los próximos Juegos Olímpicos no se alivia con nada, pero al menos la actitud con que el grupo asumió el tropiezo es digna de elogios. «Hemos demostrado que a pesar de todas las dificultades, teníamos condiciones para estar en Londres. Pero no queremos quedarnos solo con el sabor de la clasificación. Nos vamos a batir en Bulgaria», comentó a este redactor el líbero Keibel Gutiérrez, una de las voces más respetadas en el vestuario del elenco cubano.
El equipo, que partirá desde esta urbe en las primeras horas del lunes hacia Sofía, no piensa sacar el pie del acelerador. «Aprovecharemos algunas horas de la jornada dominical para hacer ejercicios ligeros. Serán varias horas de viaje y estamos obligados a aprovechar al máximo el tiempo», explicó Samuels.
Atrás queda una historia imborrable, y comienza otra que, a todas luces, nunca será un camino de rosas.