Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Garlobo quiere repetir. Foto: Juan Moreno ¿Cuál de los equipos que luchan por la clasificación en Occidente tendrá un peor final? La pregunta era recurrente anoche en las gradas semidesiertas del Latinoamericano, pues algunos aficionados descubrieron con horror que el calendario no les favorece ahora a los capitalinos.

Metropolitanos está en mejor situación que Industriales, pero tiene por delante cinco choques más con Santiago de Cuba, y otros seis frente al rejuvenecido Sancti Spíritus. Los restantes rivales de los rojos, Guantánamo y Cienfuegos, son menos exigentes, pero a estas alturas cualquier piedra molesta en el zapato.

Un panorama similar le espera a Matanzas, en tanto los gallos espirituanos tienen otras cuentas pendientes con Camagüey y Las Tunas. Mientras, Industriales está contra la pared, pues cerrará frente a Ciego, Villa Clara, Pinar y la Isla.

Finalmente, a vueltabajeros y pineros les falta completar sus respectivos compromisos con Holguín y Granma. Parece una tarea más sencilla, aunque tampoco será coser y cantar.

En fin, el final parece tan raro como un frente frío en abril. Pero esto último ya lo vivimos, así que todo es posible.

Osmani Urrutia llegó con su racha de bateo en la temporada 2000-2001. Foto: Alex Castro Yoandry Garlobo, líder de los bateadores en la Serie pasada, quiere repetir este año. El cuarto bate matancero ha cargado las pilas después del receso por el Clásico Mundial, y no dudo que pueda lograrlo.

Antes, otros tres hombres acapararon títulos consecutivos de bateo en series nacionales, según nos confirma el estadístico Benigno Daquinta. El primero en conseguirlo fue precisamente un matancero, Wilfredo Sánchez, jugando con Henequeneros en las temporadas de 1968-1969 (promedió .354) y 1969-1970 (.351).

Después de esta última campaña, Wilfredo bateó .367 y encabezó la ofensiva en la llamada Serie especial de los diez millones.

Años más tarde, Omar Linares dobló con Vegueros en 1984-85 (promedió .409) y 1985-86 (.426). Sin embargo, en esas mismas temporadas hubo también Selectivas y en ambas ocasiones se empinó Amado Zamora (.361 y .390, respectivamente).

Omar volvió a la carga con Pinar del Río en las series de 1991-92 y 1992-93. Por cierto, en la primera de ellas se repartieron dos títulos, uno en Occidente y otro en Oriente, porque no se enfrentaban las dos zonas durante el campeonato.

Así, por el este sobresalió el holguinero José Lamarque (.339), en tanto Linares terminó con .386. Después, en la selectiva de 1992, «el niño» brilló con .398 y en la Nacional siguiente acabó con .446.

Finalmente, en la campaña de 2000-2001 apareció el fenómeno Osmani Urrutia, quien se coronó con .431. Luego repitió en los cuatro años siguientes con progresión de .408 en 2002, .408 en 2003, .469 en 2004 (récord vigente), y .385 en 2005.

Michel Enríquez cortó la racha en 2006 (.447), pero Urrutia regresó por sus fueros en 2007 (.371). De tal manera, el tunero ha sido el rey de bateo seis veces en series nacionales, una más que Linares y Wilfredo. Claro, a estos últimos hay que sumarle un cetro en selectivas.

Por último, para terminar con estos colosos, les digo que Linares superó seis veces la marca de 400, Urrutia lo ha hecho en cuatro ocasiones y Michel en tres. Además, el tercer bate de la Isla tiene más de 300 en todas sus series nacionales (11 completas y 12 si incluimos la actual).

Linares, en cambio, bateó 262 en su primera temporada con Forestales —tenía solo 15 años—, y luego superó los 300 en las otras 19 que disputó. Casi nada...