Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Como gato boca arriba, así se defendió Santiago de Cuba, pero Sancti Spíritus ganó la pelea, 12 carreras por nueve, en la primera fecha de su serie particular.

Noelvis Hernández frenó a Santiago de Cuba. Foto: Alex Castro Noelvis Hernández fue rara avis en la trifulca, al permitir una anotación en 1,1 episodios. Solo así se puso fin a un cruento ataque santiaguero, que incluyó el jonrón de Jorge, con las bases llenas, y dos disparos de Mustelier.

Industriales, tras las huellas de los campeones, soportó horrorizado como fallaba su defensa en Holguín —dos anotaciones sucias a la cuenta de Rendón—, pero Urgellés fletó a dos hombres con un movimiento de muñecas.

Ciego de Ávila, que se había marchado de Pinar del Río antes de la salida del sol, puso fin a su pesadilla y le ganó a la Isla de la Juventud.

«Sufrimos siete reveses consecutivos, cinco en virtud de los errores», recordó el mentor Roger Machado en entrevista televisada. Esta vez Ismael González realizó un dudoso relevo, pero la débil ofensiva de los hombres de Armando Johnson impidió otro derrotero.

Yunieski Maya hizo otro acertado relevo —pulió la obra que inició Vladimir Baños—, así Pinar del Río emergió ante Villa Clara; Rafael Valdés propulsó un par de anotaciones.

Las Tunas pujó una y otra vez por la victoria, hasta que el prometedor Osdanis Montero, con un jonrón, hirió de muerte a Metropolitanos. En el desenlace intervino además el deslumbrante relevo del novato Rigoberto Cabrera: un hit y un boleto en tres innings.

La Habana, con tres vuelacercas, allanó el camino de Jonder en contra de Granma, y otro tirador con experiencia en la selección nacional, Odelín, permitió solo dos carreras limpias a Matanzas.

Estos duelos continúan hoy en ocho estadios, después de iniciar la víspera el segundo tercio del calendario de 90 juegos, y a poco más de 15 días del tradicional choque de las estrellas, entre los peloteros orientales y occidentales.

Esta mañana, además, comienza el campeonato nacional juvenil —en Pinar del Río— así como el 15-16, en el «Changa» Mederos.