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Zulia se prepara para un intenso año 2008. Foto: IAAF Durante el resto de su vida, Zulia Calatayud recordará el año 2007 como una etapa donde las victorias le fueron esquivas y vivió momentos muy amargos. Sobre todo, cuando el déficit de entrenamiento le pasó la cuenta durante el Campeonato Mundial celebrado en Osaka, Japón.
«Me sentí impotente. Comprendí tarde que una atleta sin la adecuada preparación no debe enfrentarse a rivales de alto nivel, pero eso no me sucederá de nuevo», confiesa.
La monarca mundial de los 800 metros en Helsinki 2005, con registro de 1:58.82 minutos, afrontó lesiones que no le permitieron llegar en forma ni a los Juegos Panamericanos en Río de Janeiro, ni al concierto ecuménico.
«Ahora entreno sin mirar hacia atrás. Ojalá que poco a poco pueda revertir lo vivido y empinarme en 2008, año cargado de duras competencias que tendrán su clímax en los Juegos Olímpicos de Beijing», nos dice.
Zulia está empeñada en borrar su mejor registro personal de 1:56.09, conseguido en Mónaco el 19 de julio de 2002: «Tengo que echar la vida en el entrenamiento para llegar confiada a Beijing. Allí espero una marca que ronde los 1:55.00. En Atenas 2004 las primeras cuatro corredoras cronometraron sobre 1:56.00 y llegar a la capital china por debajo de ese tiempo significaría tener garantizado un lugar en el podio».
Por mi parte, pienso que Zulia, una atleta de sobrada vergüenza deportiva, se ha colocado bien alto el listón, sobre todo cuando vemos que este año apenas consiguió 2:00.34, válido para quedar en bronce durante la contienda continental en tierra carioca.
«En la vida hay que ser audaz y estoy entre ese tipo de personas. Confío mucho en mi voluntad y aprecio sobremanera el esfuerzo cotidiano de Faustino Hernández, mi entrenador de tantos años. Por eso sé que voy a salir airosa», sentenció esta chica de 28 años, oriunda del municipio capitalino de Playa.
