Pete Rose. «Admiro el ingreso de Cal Ripken (hijo) y Tony Gwynn al Salón de la Fama, porque ellos fueron grandes peloteros, pero Mark McGwire y Pete Rose también deberían estar en Cooperstown», dijo en Santo Domingo el jardinero Barry Bonds.
Las agencias de noticias dieron cuenta de que McGwire solo recibió un 23,5 por ciento de los votos de los miembros de la Asociación de Cronistas de Béisbol. Se convertía en el primer pelotero de la era de los esteroides en capacidad de ser elegido para el templo de Cooperstown.
Rose, por su parte, está suspendido de por vida por apostar al béisbol. Posee la marca de 4 256 hits.
McGwire terminó su carrera con 583 cuadrangulares, mientras que Bonds tiene 734 y se acerca peligrosamente a la marca de por vida de Hank Aaron (755). En la temporada del 2006, Bonds superó la marca de Babe Ruth, quien conectó 714 vuelacercas.
Para muchos, Bonds, de 42 años, sufriría la misma suerte que McGwire al momento de ser elegible para el Salón de la Fama. El jardinero izquierdo se negó a hablar del contrato que negocia con los Gigantes de San Francisco, ni de su prueba positiva por anfetaminas en el 2006.
El museo de los inmortales del diamante en la pelota profesional norteamericana está a las afueras de la ciudad de Nueva York, y la última visita allí de un grupo de jugadores de Cuba ocurrió en 1985, cuando Germán Mesa, Oscar Machado y Eduardo Cárdenas, entre otros, conquistaron el campeonato mundial juvenil de aquel año.
GOBIERNO METERÍA LAS MANOS
Mark McGwire Y mientras Bonds se pronunciaba en Santo Domingo, desde la ciudad norteamericana de Phoenix se conocía que el ex senador George Mitchell le advirtió el jueves a los dueños de equipos de Grandes Ligas que si no cooperan con su pesquisa sobre el uso de esteroides habrá un aumento «significativo» en las posibilidades de que el gobierno intervenga.
Mitchell, ex líder de la mayoría demócrata en el Congreso, fue contratado por el comisionado de las mayores, Bud Selig, a raíz de las acusaciones de dopaje que rodean a Barry Bonds, Mark McGwire y otras estrellas.
Cuando se le preguntó si exhortó a los equipos a que cooperen con Mitchell, Selig contestó: «exhortar, probablemente, no es una palabra lo suficientemente fuerte».