Un granjero chino está cumpliendo su sueño: ha construido su propio Boeing 737 con el objetivo de ¿volar? No, se equivoca, la réplica que está casi concluida tiene el propósito de ser convertido en un restaurante. Wang Li, de 61 años, ha liderado un equipo de granjeros que se dedicaron en esta ocasión a fabricar el avión en su provincia de Henan. Las dimensiones del aparato que nunca remontará vuelo son 115 pies de largo y una longitud de alas de 125 pies, buena instalación que les ha costado 22 000 dólares y ahora esperan sacarle el provecho, aunque no sabemos si pondrán los precios por las nubes…