Scott Young, un joven de tan solo 25 años nacido en Inglaterra, se ha tomado muy en serio la frase que incita a «vivir al límite». Desde hace algunos años recorre el mundo visitando edificios altos, y una vez en la cima, camina por los bordes de los techos usando sus manos, es decir, de cabeza. El chico se coloca una cámara en uno de sus pies para filmar sus locuras, o simplemente para causarles un paro cardiaco a sus padres. Es cuestión de concentración, dice. Hasta ahora «solo» se ha desgarrado los ligamentos y ha sufrido fracturas en un hombro, pero por lo general son solo lesiones de las malas caídas. Si fuera mi hijo...