Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Audiolibros

Un audiolibro es capaz de tocar a todos los públicos y también de ganar otros: el público infantil

Autor:

Reinaldo Cedeño Pineda

La carretera zigzagueante entre montañas que conducía hacia el poblado de Minatitlán, en el estado mexicano de Colima, no solo fue pura exuberancia, sino también puro aprendizaje. Un regalo para mis ojos y para mis oídos. Mientras el auto rompía el aire, surcaba los caminos, escuchaba la historia del lugar. La voz desgranaba las personalidades, los hechos más notorios, las bondades de la naturaleza.

«¿Qué emisora es?», pregunté. «No, es un audiolibro», me respondió la dama del timón. En el asiento trasero, su sobrino, con una afección ocular severa, escuchaba extasiado.

No he olvidado ese pasaje, no se puede. Indefectiblemente regresé a él, cuando escuché un fragmento de Meñique, la versión martiana de este cuento incluido en La Edad de Oro. Nacida de un proyecto entre la Casa Editora Abril y la productora Radioarte, ha regalado cinco audiolibros a los lectores-oyentes cubanos, lo que promete ser uno de los sucesos de la próxima Feria del Libro.

Un audiolibro es un espectáculo sonoro, el momento en que las letras se levantan del papel y cobran vida. Es la apuesta por la altura, el brillo, los colores de la oralidad. No por gusto el narrador oral Adolfo Colombres, ha dicho que primero fue la voz y después llegó la escritura a montarse en el carro de la palabra hablada.

Un audiolibro es capaz de tocar a todos los públicos y también de ganar otros: el público infantil (siempre inquieto, ávido de historias, sin escritura en sus primeras edades) y a esas personas que «sueñan por la oreja», al modo de decir de Joaquín Borges Triana. Son apenas dos ejemplos. Añádase la facilidad de ejecución y transmisión, así como la virtud de poderlos disfrutar mientras se viaja o se realizan actividades domésticas y de trabajo.    

Santiago Jérez Mustelier, subdirector editorial de Abril, sostiene que  «el audiolibro entabla con el lector casi la misma relación que un libro impreso o digital: la intimidad. Científicamente está probado que el audiolibro es un formato posible para promover la educación, estimular la imaginación. Buscamos conectar con nuestro público principal, y realizar audiolibros es otra manera de llegar a las audiencias y motivarlas.

«Hace algunos años tuvimos una experiencia inicial con los audiolibros de Chamaquili, ahora volvemos con estas narraciones clásicas. Los audiolibros estarán acompañados de libros digitales con ilustraciones hermosas que los niños podrán consultar para disfrutar los cuentos de una manera, digamos, más tradicional».

Un sueño soñado juntos, es siempre un sueño mejor, y así ocurrió esta vez. Un pequeño equipo hizo posible la construcción de atmósferas, la narración y los personajes de Meñique, Nené traviesa, Bebé y el señor Don Pomposo, La muñeca negra y El camarón encantado.

Conozca a los «culpables» por sus nombres: Osmany Romero, desde la música original; el asesor Dairon Bejerano Lima, el grabador y editor Raúl Pérez, voces de Greta Romero y Manuel Ramírez Heras. Todos bajo la dirección de este último, nadie mejor. Un artista con más tres décadas de fértil labor en la radio como él, bordó los hilos con el entusiasmo que le desborda, con la excelencia que le distingue:

«Un día me llama la directora de Radioarte,  Vivian Myrie García,  y cuando llego a la oficina, era casi un asalto, un asalto para bien, porque allí estaban los compañeros de la Editora Abril… Cuando me dijeron la idea, la mente empezó a imaginar y me dediqué inmediatamente a revisar audiolibros de diverso tipo».

«Esta obra estaba dedicada especialmente a los niños y no encontramos mejor manera que asumirlo con pasajes dramatizados, dándoles voz a los personajes, con sus efectos y su música. Nos quedábamos extasiados cuando terminábamos a la una o dos de la mañana en el estudio, al redescubrir tantos mensajes en los cuentos de La Edad de Oro que todos conocimos en nuestra infancia».

La presentación de esta experiencia ya tiene fecha y lugar: 19 de febrero al filo del mediodía, Sala Dora Alonso, La Cabaña. Solo será el comienzo. Y esos caminos para el audiolibro en la industria y el arte editorial cubano, ya están abiertos.

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