Con el proyecto los niños y adolescentes disfrutan y crecen, hay un cambio en sus vidas. Autor: Cortesía de la entrevistada Publicado: 19/06/2023 | 09:45 pm
En una linda casa azul, cerca del río Chichivirí, vive Mamá Tomasa. Tiene dos hijos adoptados, Ti y Dú, quienes son dos traviesos chichiricús. Ella es mestiza, hija de un negro africano y una aborigen cubana, que se conocieron en un palenque. ¡Tiene tantas historias que contar!
A la casa de Mamá Tomasa llegan todas las noches Laura y Jorge, dos niños habaneros que se mudaron al campo a vivir con su abuelo José. También va Maribruji, una tatagua nacida de la leyenda aborigen cubana Daipirí y el Tío Antonio, descendiente de Islas Canarias, ducho en graciosos cuentos de camino, historias de barcos, piratas, corsarios y tesoros.
Todos los días hay fiesta en casa de Mamá Tomasa. Le encanta estar rodeada de niños, que ya suman 45, y a todos los embelesa con sus narraciones. Aprenden, se divierten y vuelven al otro día.
Si tú también quieres ir a esa maravillosa casa, entonces sintoniza la FM de Cuba, Radio Taíno, de lunes a viernes, en el horario de la revista matutina Temprano, y los domingos, durante la transmisión del programa Acompáñame. Gracias a esta iniciativa, que cuenta con el auspicio de la Dirección de Patrimonio del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), a través de su línea Educación para el Patrimonio, la magia de la radio te llevará hasta ese lugar, y después, seguro que irás hasta La Fela, en Luyanó, municipio de Diez de Octubre donde cada sábado se reúnen todos los que disfrutan hacer este programa, ya devenido proyecto de vida.
En 2018, La casa de Mamá Tomasa recibió dos premios en la Convención Internacional de Radio y Televisión a Mejor Dramatizado Infantil y Mejor Dirección de Dramatizado Infantil y sus experiencias fueron compartidas en el Primer Congreso Internacional sobre Infancias y Adolescencias Creciendo al futuro, celebrado recientemente en Varadero, Matanzas.
De una cabina de radio a la vida cotidiana
Sabeth, Amanda, Edel, Aleana, Patricia, David, Yosi, Nerlys, Chanel, Erick, Kevin, Stephanie, Elena, Lázaro, Lía, Narles, Ailed…son algunos de los niños y adolescentes que ya no conciben una semana sin ir a casa de Mamá Tomasa. Se divierten cuando aprenden a actuar, a bailar, a cantar, a pronunciar bien las palabras, a interactuar con un micrófono, pero sobre todo, cuando aprenden de historia, música, danza, artes
plásticas, literatura y cultura en general. La radio se ha convertido en su motivación para crecer y ser mejores seres humanos.
Quien abrió sus brazos para acoger este proyecto y a todos los que llegan a él fue la actriz, locutora y guionista Ariadne Argudín de la Torre, quien además asume la dirección del programa. Madre de tres hijos y conocedora del despliegue de fantasía que, como padres, es preciso tener para compartir con los pequeños, hoy reconoce que Mamá Tomasa ha llegado más lejos de lo que imaginó años atrás.
«Teniendo en cuenta mi experiencia en el taller y programa infantil Entre cuentos y música de CMBF Radio Musical Nacional, me pidieron en Radio Taíno que creara un espacio para ese público con el objetivo de colocarlo como una sección en el programa dominical Acompáñame.
«Nació entonces, en 2014, La casa de Mamá Tomasa y se concibió para que se realizara con niños y adolescentes, como programa y a la vez, como taller. Podían aprender a hacer radio, pero fundamentalmente aprenderían de nuestras tradiciones y cultura, y a crear una familia entre todos, como ha sucedido.
«Creé los personajes sobre la base de nuestra historia costumbrista y los primeros niños que se sumaron al proyecto crearon algunos con tonos prácticamente inimitables y han crecido en el programa dándoles vida a todos.
«En 2017 me pidieron salir al aire en la revista Temprano, de lunes a viernes, y se convirtió entonces en un gran desafío escribir y dirigir el dramatizado con el elenco para seis días a la semana. Ha sido una tarea titánica para el realizador de sonido y el editor también, que deben trabajar más emisiones en menos tiempo. Nos organizamos y lo logramos.
«En la etapa de la COVID-19 tuvimos el reto de realizar el programa a distancia. El apoyo de las familias fue vital para mantenernos al aire, y gracias al uso de sus datos personales, podíamos enviar los guiones, recibir las grabaciones de las voces y enviar el resultado final».
—¿Cómo se logra estabilizar un programa con esa frecuencia para esta audiencia?
—Siempre me ha gustado recurrir a las leyendas, a la mitología popular, a los cuentos cubanos, a nuestro refranero para transmitirles enseñanzas y apegarnos a nuestras raíces. Por suerte, tenemos una vasta cultura en ese sentido. Además, introduje a visitantes de las artes, las ciencias, la historia, el deporte.
«Comencé a incluir leyendas y personajes célebres del mundo entero cuando las transmisiones se incrementaron sin perder la cubanía, que está presente en los personajes, en las recetas de la cocina y en la música, que casi siempre es tradicional cubana.
«La diversidad de temáticas es esencial para educar a niños y adolescentes y que crezcan con la capacidad de distinguir y hacer una selección adecuada de los contenidos, en un mundo en el que las redes sociales los imponen. Trabajamos la comunicación infantil, hablamos de los influencers, los gamers, abordamos el bullying escolar, temáticas de género, educación formal, cuidado de especies y medio ambiente, entre otras.
«Propiciamos el debate y la construcción colectiva, estimulamos la retroalimentación y crecemos entre todos. Personalmente siempre aprendo. No soy una directora distante ni autoritaria, sino que soy una directora niña que, sin olvidar la disciplina y exigirla, busco la diversión, la naturalidad y el hacer bien las cosas. He desarrollado una paciencia y una flexibilidad tremendas, así el trabajo fluye y escuchamos las ideas del colectivo».
En 2020, agregó Argudín de la Torre, comenzaron este proyecto para niños con necesidades auditivas. Se realizó un capítulo para plataformas digitales con imagen fija, lengua de señas cubanas y subtítulos, con los consejos de la Asociación Nacional de Sordos de Cuba.
«Desde principios de 2023 se sumó un niño de cinco años con trastorno del espectro autista TEA, que desde que llegó nos mostró que la radio puede contribuir al tratamiento y mejora del habla y la socialización si se logra la conexión entre el niño, los demás y el medio.
«Ale no hablaba y empezó a decir sus primeras palabras en el taller. Estableció vínculos con todos y siente una alegría desbordante, le encanta el micrófono y le permitimos en la última hora de la grabación cantar y lo que quiera hacer. Nos educamos en el trabajo inclusivo y aprendemos que el mundo es de todos y debemos aprender a convivir en sociedad con aceptación».
—Llegaron a Luyanó y las caritas se han tornado alegres…
—Nos mudamos a esa comunidad porque la idea de ampliar el trabajo inclusivo me llevó de mi reparto La Asunción hasta Luyanó, y supe por Hanoi Aguiar, quien está al frente del proyecto de desarrollo local La Fela, que existía el Centro de Rehabilitación de Luyanó. Allí, la carismática doctora Aymee García dirige el proyecto Caritas alegres, con niños con discapacidad mental y física, y otros con necesidades especiales.
«Ella es defectóloga, logofonoaudióloga, sicopedagoga, diplomada en Maltrato Infantil, Trastorno del Aprendizaje y Terapia Floral. Integra el equipo también Aylin Serrano, la sicóloga de salud mental; Dayme Cabrera, la gestora documental del departamento docente de Logofonoaudiología; Dayma Pupo, responsable de la gestión y administración en Salud, y María Rosa Hurtado, licenciada en Defectología. Todos se sumaron a nuestras grabaciones, apoyadas por La Fela, que es un centro gestor de actividades y aglutinador por excelencia en el territorio».
—¿Cuáles han sido los resultados visibles de este taller en los niños y adolescentes que participan en él?
—Nuestro objetivo es mejorar las relaciones en el logro de la aceptación, el respeto, la socialización y la disciplina radial. En medio de todo eso hemos trabajado en reducir la timidez, la inseguridad, la agresividad, las dificultades en la interpretación de los contenidos y las dislalias. Además, profundizamos en temas que ellos necesitan conocer a sus edades, y fomentamos la imaginación y la creatividad. Algunos ya ingresaron a la universidad y continúan con nosotros y asesoran a los nuevos que arriban.
«Estoy muy feliz. Yo tuve la suerte de ser guiada por buenos maestros como Juan Arce y ser parte de talleres que marcaron mi vida. Este proyecto es una prioridad para mí. Dedico mucho tiempo a los guiones por el compromiso, el amor y la dedicación que les he puesto, pero más que todo, disfruto mucho ver la evolución de los niños y adolescentes, y el cambio en sus vidas tras esta experiencia».