Eladio Hernández Carrazana ha sido premiado en varios eventos internacionales por sus interpretaciones de piano clásico. Autor: Cortesía del entrevistado Publicado: 25/05/2022 | 09:22 pm
La destreza de Eladio radica en sus manos, tiene dedos largos y veloces. Usa lentes, es delgado y alto. A sus 22 años ha sido galardonado con varios premios en certámenes internacionales como Golden Classical Music Awards, MAP International Music Competition y el Concurso Latinoamericano de Piano Online Vivace-Finale 2022.
Aunque le gusta ir a la playa, pasar tiempo con sus amistades y escuchar jazz, tocar piano clásico es lo que realmente motiva a Eladio Hernández Carrazana. Sin embargo, de pequeño, sus manos traviesas lejos de tocar a Mozart, Beethoven o Lecuona, moldeaban esculturas: «Comencé a interesarme por las artes plásticas desde los cuatro años. Dibujaba, hacía animales de plastilina, principalmente dinosaurios. Era como un fanático de estas especies extintas».
—¿Cuándo comenzaste a interesarte por la música y cuál fue tu primer encuentro con esta desde lo académico?
—En mi familia, solo mi padre tiene un mínimo conocimiento en cuanto a la música. La persona que me ayudó a dar mis primeros pasos en esta manifestación del arte fue un vecino del barrio donde vivía, en Cárdenas, mi ciudad natal, que tenía conocimientos sobre la trompeta y de música en general. Él me enseñó a tocar mis primeras canciones en un piano pequeño de juguete que mi mamá me había comprado. La primera presentación que hice fue con cinco años en el Museo de la Batalla de Ideas.
«Cuando mi madre percibe mi interés por la música me lleva a los talleres que impartía la profesora Eneida Lima como preparación para ingresar a la Escuela Vocacional de Artes Alfonso Pérez Isaac. Este fue mi primer contacto con la música desde la academia».
—¿Por qué piano clásico y no música popular?
—Desde niño la música clásica es la que se consumía en mi casa. Además, cuando comienzas en la escuela es lo primero que te enseñan. Luego fui creciendo y conociendo a los grandes compositores de este género como Frédéric Chopin, Wolfgang Amadeus Mozart y Ludwig van Beethoven, y me enamoré de lo clásico desde el piano.
«En cuarto grado tuve que abandonar la Escuela Vocacional de Artes en Matanzas. Me desvinculé de la academia, pero siempre me mantuve estudiando piano. En esa época me uno al movimiento de casas de cultura y hago mi primera incursión en lo popular acompañando a guitarristas y a cantantes con el piano».
—Cuéntame sobre tu devenir artístico-académico hasta ingresar en el Instituto Superior de Arte.
—Aunque estuve unos años sin cursar estudios en escuelas de artes, siempre me mantuve estudiando piano. En noveno grado quise optar por la Escuela Nacional de Arte, pero por diversas circunstancias tuve que aplazar esta entrada para el año siguiente. Entonces comencé el décimo grado en un preuniversitario urbano.
La afición por este instrumento musical tiene sus antecedentes en un piano de juguete que su madre le compró en su infancia. Foto: cortesía del entrevistado
«Durante ese curso hago las pruebas para entrar a la ENA, apruebo e ingreso. Es importante mencionar a mis profesores Víctor Díaz, Lourdes Fernández y María Julia Arango, quienes influyeron en mi preparación para llegar a la ENA y de los cuales vivo agradecido. Después de seis años me gradúo de técnico de nivel medio en la especialidad de Instrumentista, Profesor de Piano y Práctica de Conjunto. Y de ahí ingresé en el Instituto Superior de Arte. Actualmente curso el primer año bajo la tutela de la excelente maestra Liana Fernández».
—¿Qué representó el Primer Premio en los certámenes Golden Classical Music Awards y MAP International Music Competition para tu carrera profesional?
—Fue en 2021, culminando los estudios en la Escuela Nacional de Arte y en medio del aislamiento social a causa de la pandemia, cuando me presenté en estos eventos de manera online, junto a Daniela Rivero Cernuda como dueto.
«Fue bien difícil la preparación de las piezas para estos concursos en medio de la situación de confinamiento. Montábamos las obras por separado, Daniela en La Habana y yo en Matanzas, les hacíamos arreglos y luego las uníamos por vía internet.
«Daniela y yo preparamos dos piezas para el video que se presentó a los concursos: Malagueña, de Ernesto Lecuona, y otra obra clásica. Aunque son certámenes reñidos, con más de 600 concursantes de alrededor de 66 países, tuvimos el privilegio de ser laureados con el Primer Premio y poder representar a nuestro país en eventos de este calibre».
—Recientemente recibiste tres premios en la segunda edición del Concurso Latinoamericano de Piano Online Vivace-Finale 2022.
—Tenía conocimiento de este certamen desde su primera edición, en la cual no pude participar. Para esta ocasión me comencé a preparar desde finales del año pasado. En marzo de este año mandé los videos de las piezas a México vía online y en abril dieron los resultados.
«Los maestros Liana Fernández, Ulises Hernández y el pianista Rodrigo García fueron decisivos en mi preparación. El repertorio comprendió obras clásicas, no solo latinoamericanas, sino también de corte internacional. También agradezco al personal del Liceo Mozartiano de La Habana, quienes me brindaron el lugar para hacer las grabaciones.
En el pasado mes de abril, el pianista matancero, fue galardonado con tres premios en la Segunda Edición del Concurso Latinoamericano de Piano Online “Vivace-Finale” 2022. Foto: cortesía del entrevistado
«En la categoría D, que comprende a los concursantes de 22 a 30 años, obtuve el Tercer Premio, el Premio del Público y el Premio a la mejor interpretación de la obra obligatoria, de Aldo López Gavilán. Los premios te dan una medida del nivel que tiene tu trabajo y de cuánto aún falta por mejorar. Para mí son motivaciones para seguir esforzándome. La parte que se queda de un reconocimiento es la preparación, el aprendizaje y las exigencias que uno se impone para llegar a estos».
—¿Crees que hay un declive en el interés de los jóvenes por el piano clásico? ¿Qué aconsejarías a los que comienzan a incursionar en esta rama de la música?
—Creo que lo novedoso siempre atrae más. La música clásica está cada vez más lejos en cuanto a época y los pianistas populares cobran un mayor auge dentro de la sociedad. Sin embargo, es deber de las nuevas generaciones de intérpretes clásicos buscar métodos creativos para que la esencia de esta música no se pierda y se mantenga en los teatros, en las salas de concierto, en los televisores y en las redes sociales.
«Muchas veces es preciso cambiar el lenguaje de las obras clásicas, y hacerles arreglos, mezclarlas con música popular para atraer al público con algo nuevo, pero siempre manteniendo la esencia y el estilo de la pieza original. Es una manera de rescatar la música antigua de los grandes compositores, acercándola a lo actual.
«Recientemente interpreté junto a Daniela Rivero la obra Caribeña, de Alejandro Falcón, concebida para trío de jazz, y nosotros la llevamos al estilo clásico de piano a cuatro manos, sin perder su naturaleza popular.
«Hay otro punto fundamental, que es adaptar la pieza musical a las plataformas que más consume el público. Las redes sociales son un medio que hay que utilizar a favor de la música clásica, ya que llegas a un mayor número de personas casi instantáneamente. Mi consejo sería que busquen lo fresco, que se mantengan en constante intercambio con otros profesionales de la rama y que innoven con todo lo que tengan a su alcance».
—¿Qué referentes sigues en la música?
—Son muchos en realidad. Entre estos puedo mencionar a los grandes pianistas Vladimir Hórowitz y Martha Argerich. Entre mis referentes cubanos están Frank Fernández, Jorge Luis Prats, Aldo López Gavilán y Rodrigo García Ameneiro.
—¿En qué nuevos proyectos está involucrado Eladio?
—A finales de mayo y principios de junio estaré participando en el Concurso Musicalia 2022, que convoca el Instituto Superior de Arte. Daniela y yo vamos a interpretar en formato de dos pianos una reconocida obra clásica y otra de un compositor cubano, nuestro maestro Ernesto Oliva, que estaba concebida para piano-violín y le estamos haciendo arreglos para formato de dos pianos. En junio participaré en el Encuentro de Jóvenes Pianistas y para finales de año se acercan nuevos eventos internacionales en los que trataré de estar presente en la medida de lo posible.
—¿Qué relación existe entre el piano y el amor en la vida de Eladio?
—Esta relación se da en varias direcciones, pues además del amor que siento por la música y por mi instrumento, tengo la dicha de compartir este amor con una persona que también ama tanto la música como yo, y que además es mi pareja. Daniela Rivero y yo trabajamos juntos como dúo desde el segundo año de la Escuela Nacional de Arte y tenemos gustos, aspiraciones y enfoques en común».