Las promesas de Amílcar Salatti

Correr riesgos dramatúrgicos es parte de lo fascinante de Amílcar Salatti. Sus guiones desprenden una propuesta atrayente y contextualizada de las realidades cubanas que merecen una oportunidad, un seguimiento. Con el augurio de ser un éxito, llega a la pantalla de Cubavisión el primero de 12 capítulos de la teleserie Promesas.

«Es una serie con historias independientes, que permite abordar diversos géneros y temáticas, y eso creo que puede ser algo a su favor. No es la estructura que más abunda en los dramatizados, pero fue la que decidimos», declara Salatti a Juventud Rebelde.

Promesas guiará al televidente por una trama que entrelaza un apagón occidental, la vida en un pasaje de Centro Habana, el sincretismo religioso y una voz en off que nos hará muy cortos los 55 minutos de duración de cada uno de los episodios.

«En cuanto a los conflictos más sugerentes, eso se sabrá cuando llegue al público. Habrá personas que se identifiquen más con algunos capítulos que con otros. Todo dependerá de las experiencias personales, gustos, empatía con los actores y actrices que asumen los roles, con determinado género. Si algo puedo adelantar de los personajes es que hay una gama amplia, de diversas generaciones, estatus y sus caracterizaciones son muy diferentes. Hay personajes que harán reflexionar, otros que te sacarán una sonrisa. Ojalá todos cumplan su función principal de empatizar y provocar la emoción».

Mirta González Perera asume la dirección general de esta serie, que agrupa también a los realizadores Yoel Infante, Ricardo Miguel González, Jorge Campaneria y José Víctor Herrera.

Salatti, conocido por la audiencia cubana gracias al éxito de la telenovela Entrega, comenta que la propuesta «bajó, literalmente, a golpe de musa. Surgió de la nada como quien dice, a partir de un pedido de la antigua directora de contenidos de la Casa Productora, Vilma Montesinos, de hacer una serie corta de ficción. La base de ese concepto, por supuesto, es el sincretismo religioso que existe en Cuba y esa costumbre que tenemos de hacer promesas. Ya después se fue desarrollando con más alcance».

El guion de la serie quedó compartido entre el propio Salatti, Alberto Luberta, Serguei Svodoba, Eurídice Charadán y Lil Romero.

«La ventaja de escribir esta serie a varias manos, a partir de una idea central, es que se enriquece mucho el trabajo. Se «paren» con más rapidez las historias. En este caso, al ser relatos individuales, no afectó en demasía que tuviéramos estéticas diferentes como guionistas. Ya en la última etapa sí correspondió darle un «terminado» para que esas historias no se vieran sueltas, sino como parte de un todo. Ahí surgió la idea del narrador en off, entre otros detalles».

El elenco expone una amplia gama de actores experimentados y noveles. Podremos ver a Yailene Sierra (Danay), Carlos Gonzalvo (Julián), Aramís Delgado (Casimiro), Yenisse Soria (Josefina), Mario Limonta (Guillermón), Rolando Rodríguez (Vladimir), Luis J. Mujía (Jorge), Alejandro Cuervo (Gabriel), Maikel Amelia Reyes (Marlén), Ángel Ruz (Yaquychán), Denys Ramos (Yosvany), Yohandis Aballe (Rafael) y otras muchísimas sorpresas de primer nivel.

La música es del cantautor Kelvis Ochoa. En la banda sonora aparecen destacados artistas como Pablo Milanés, Gema Corredera y Leoni Torres, en el tema de presentación.

En declaraciones para el sitio de la TV cubana, Giselle Crespo, a cargo de la edición y posproducción de la serie, cuenta algunas de las experiencias afrontadas: «En todo este proceso vino el tornado, inundaciones, la pandemia… Fue todo un cúmulo de contratiempos que nos dificultaron aún más el trabajo, al punto de que uno de nuestros temores era precisamente que la serie envejeciera. Sin embargo, todas las historias son contadas desde lo humano, y eso ayuda a que los capítulos puedan estar vigentes y se puedan ver y disfrutar desde todas las partes del mundo, en cualquier momento y desde todas las perspectivas».

En la noche de este 7 de septiembre debutará en la pequeña pantalla la teleserie Promesas. «Solo he visto algunos capítulos, no la serie en su totalidad», nos cuenta Amílcar Salatti, «pero lo que he visto me ha gustado. Ojalá los televidentes la reciban de igual manera; eso ya se sabrá». Esperemos que así ocurra, la teleaudiencia necesita que esta promesa no sea de las que se desvanecen en el aire o de las que caen en saco roto.