Cientos de niños y jóvenes acuden por estos días a la Feria para compartir con los libros y sus autores. Foto: Abel Rojas Barallobre Autor: Abel Rojas Barallobre Publicado: 10/02/2019 | 12:38 am
Hechizados por la magia que desborda las páginas de un buen libro, miles de personas han acudido a la Fortaleza San Carlos de La Cabaña, desde que abrió al público este viernes la 28 edición de la Feria Internacional del Libro 2019. Entre los espacios más visitados están los dedicados a promover la literatura destinada a nuestros niños y jóvenes.
Durante estos días de fiesta literaria, en el Pabellón Tesoro de Papel, que acoge a cientos de visitantes, quienes lo primero que hacen al llegar a la otrora fortaleza militar es entrar al rinconcito dedicado a los que saben querer. Una vez ahí, una «flor hada» que hace honor a su nombre (Flor Nodal) invita a recorrer cada una de las bóvedas y da inicio al juego y las presentaciones de libros. También a los concursos que a diario son premiados en Tesoro de papel, donde no falta el reconocimiento a cada una de las personas que contribuyen a que nuestros niños y jóvenes incorporen, a través de la lectura, los mejores valores.
Liderados por el hada, la tropa que enaltece sueños en Tesoro de Papel facilita el encuentro con la literatura de la República Argelina Democrática y Popular, país Invitado de Honor, celebra el 500 aniversario de la Villa San Cristóbal de La Habana, y promueve la literatura infantil y juvenil, cubana y universal.
El homenaje a la literatura se hace en esta edición desde la música, por lo que la apertura estuvo a cargo de Brenda Navarrete; y hoy domingo estará Gerardo Alfonso, a quien le seguirán, hasta que culmine la Feria, Digna Guerra, Carmen Rosa López y el Coro Diminuto, y Paulo FG.
Gratificante resulta el encuentro con la delegación de 14 escritores caribeños, y la presencia de Sihem Kennduche, narradora oral y actriz argelina, a quien acaba de entregársele la Distinción a la Humildad, que otorga Gente Nueva.
Manualidades, espectáculos musicales, representaciones teatrales, exposiciones, tienen lugar a diario en ese pabellón, que se mantiene todo el tiempo lleno de público, y que este año cuenta con otro atractivo más: la inclusión en una de sus bóvedas de la librería El cochero azul, de la editorial Gente Nueva.
Delicia de letras es lo que en ella se oferta. Cuentos infantiles, novelas, noveletas, poesías, libros de colorear, pancartas, libros acordeones…
Sobresalen en su catálogo títulos muy añorados como Había una vez, cinco libros troquelados de diversos autores cubanos, los textos Cien preguntas sobre Historia, Cien preguntas sobre Geografía, y Cien preguntas sobre China, además de obras de las colecciones Arcoíris, Canta Conmigo, Veintiuno y Ámbar.
También están la segunda parte de Cuentos para Franco, del argentino Womii Toire, títulos de Edgar Allan García —escritor ecuatoriano—; y El hombre que podía casi todo, de Frei Betto, traducido por Julia Calzadilla, Premio Casa de las Américas.
La Edad de Oro y La Rosa Blanca
Dos premios muy esperados: La Edad de Oro y La Rosa Blanca, fueron entregados al cierre del encuentro teórico «Una merienda de locos: niños, autores y libros», que durante dos días celebró su 15 años, en la sala Dora Alonso, de la Cabaña, con cake incluido, y un intercambio fructífero entre escritores de varias generaciones.
El Premio La Edad de Oro 2018, en el género Teatro, según se dio a conocer este sábado, fue otorgado a la obra Picuala, presentada con el seudónimo Neo (Elaine Vilar Madruga). «El principal valor de Picuala es la audacia al tratar el tema del género, donde se presenta a un niño que se reconoce como tal, pero se siente atrapado en el cuerpo de una niña».
En Cuento, La Edad de Oro 2018 es para Un mensaje sin leer, presentado con el seudónimo Kata Tjuta (Olga Montes Barrios), por la actualidad de los temas relacionados con el uso excesivo de la tecnología, que incide en las relaciones familiares y afectivas. Se entregó mención a Gaby y sus distinguidas amigas, presentado con el seudónimo de Emily (Yilian Morfa Quevedo), por abordar con sencillez y creatividad la amistad de Emily con su entorno.
El premio en poesía corresponde a El circo de los asombros, presentado con el seudónimo Circense, atendiendo a los valores formales que presenta: variedad estrófica, altura del tropo poético, y un lenguaje fresco, adecuado y de innegable riqueza. En este género se otorgó una mención y especial recomendación de publicación a Más acá del Olimpo, del autor con el seudónimo Tanit.
La Rosa Blanca, concedida por la sección de Literatura Infantil de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) a los mejores libros publicados, la ganó esta vez, en la categoría Álbum cuaderno, plaquettes y troquelados, Timoteo, de Felipe Oliva Alicea (Editorial Oriente).
Vuelos de Mariposas, de Raúl Martínez (Editorial Gente Nueva), resultó electo en el apartado de Ilustración, por la excelencia artística de sus ilustraciones, en las que se conjugan el rigor estético y la frescura visual, en coherencia con el texto de la obra. En esta misma categoría se premió a Hanna G. Chomenko, por su contribución artística a la novela Pirataperro (Editora Abril), la cual conjuga la frescura del dibujo, realizado con apreciables valores estéticos, con la traslación creativa del espíritu del texto.
Asimismo, en la categoría Libros recibió el lauro Daniel Zayas por la novela para jóvenes El amor de los gatos (Ediciones La Luz), teniendo en cuenta la significativa elaboración literaria de una historia de amor que abarca el archipiélago.
Como parte de esta «merienda de locos», que incluyó desde un análisis de las publicaciones literarias en el Caribe, hasta una competencia entre escritores de ciencia ficción y científicos apasionados con la temática, fueron presentados los libros que ganaron La Edad de Oro en el año 2017. Ellos son Los cuentos tienen familia, de Alberto Peraza y Yancarlos Perugorría, y Los novios de la abuela Rosa, de Eldys Baratute. Ambos están a la venta en la librería El cochero azul.
Merecido homenaje
Otro de los momentos más importantes de la jornada de este sábado fue la entrega en la sala Nicolás Guillén, en horas de la tarde, del Premio de Ciencias Sociales y humanísticas 2018 al lingüista Sergio Valdés Bernal, por su amplia producción científica, con un gran prestigio nacional e internacional.
Valdés Bernal posee una extensa y profunda obra sobre los estudios filológicos en Cuba, y es un referente imprescindible para la investigación y la enseñanza de la cultura cubana. Es profesor titular de la Universidad de La Habana desde 1987. Actualmente es investigador titular del Instituto Cubano de Antropología, del Citma.
Especial resultó, igualmente, el homenaje ofrecido en esa misma sala, pero en horas de la mañana, al escritor y profesor Eduardo Heras León, «el Chino» —como muchos le llaman—. Francisco López Sacha (narrador, ensayista y profesor de arte); Miguel Cabrera (historiador, crítico de danza, editor y profesor); Pedro Simón (investigador literario y escritor); Silvio Rodríguez (cantautor, guitarrista y poeta); Víctor Casaus (poeta y director del Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau); y Germán Piniella (narrador, periodista, traductor literario y crítico musical), revelaron detalles relacionados con la vida y obra de este hombre imprescindible de nuestras letras.
Heras León, a quien se le dedica esta 28 edición de la Feria Internacional del Libro, recibió elogios y muestras de agradecimiento también de dos de sus alumnas: las jóvenes escritoras Dazra Novak y Elaine Vilar, quienes intervinieron en el panel de homenaje.
Víctor Casaus, director del Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau, destacó la larga trayectoria como narrador del de Heras León, y le hizo entrega del premio que otorga el Centro Pablo, por su admirable ética literaria y personal, y su compromiso con la Revolución, la literatura y la verdad; también por su capacidad generosa para compartir conocimientos, saberes e ideas, sobre todo a los jóvenes.