El aire suele ser el elemento natural menos costoso en términos utilitarios. ¿Cuánto vale? Posiblemente nunca lo habremos valorado, porque quizá no lo hemos necesitado con urgencia agónica. Como lo consumimos sin percatarnos, sin ahorrarlo, sin calcular sus reservas en el fluir y refluir del fuelle pulmonar, pues una bola llena de aire es poco menos que una bola vacía.
Aparte de que uno de los artículos —a veces ensayos— que componen este libro se titula Bolas de aire, me parece que Félix Flores Varona (Ciego de Ávila, 1958) lo eligió como propuesta de cubierta, para ilustrar su propósito en este volumen, que si pudiera estar lleno de aire, no sería el aire del vacío, sino el elemento básico para la vida, más útil cuanto más limpio y depurado.
Y así, limpio y depurado, considero este libro publicado con el sello de Ediciones Ávila. En cada uno de sus textos lo objetivo y lo subjetivo se trenzan en una alianza creadora, para intentar corregir todo el desequilibrio del mundo. En Bolas de aire apreciamos, pues, una realidad objetiva, e histórica, medio enferma, y una construcción subjetiva empeñada en sanarla y sanearla. Aunque no hallo parentesco con Don Quijote, Félix Flores cuenta, incluso, con su Sancho, ese Garrido bodeguero de la calle República en Ciego de Ávila, alter ego por vía negativa que de vez en cuando ofrece pistas, comentarios sutilmente agudos.
Hacen falta libros como estos: que inquieten. Ya dije que, a mi querer y parecer, son artículos porque propugnan tesis; dije también que algunos son ensayos breves, porque la tesis despega, y taja el aire esquivando el dato para priorizar la idea articulada en la subjetividad de quien sufre por la existencia de aquello que enrarece la atmósfera y limita la facultad respiratoria de la sociedad, o sufre por aquellos cuyos actos derivan del mal no siempre consciente, pero no menos dañino.
También algunos de estos artículos y ensayos, por momentos podrían ser clasificados como crónicas. Mas, encasillar estos enunciados de honda brevedad carece de importancia. Baste con la hechura de su saludable influencia.