Claudia todavía recuerda la lluvia torrencial producida con mangueras para la filmacion de habana station. Autor: Carlos Otero Blanco Publicado: 21/09/2017 | 05:10 pm
La Muma, como todos nombran a Claudia Alvariño, reunió a Ernestico y a Andy con presteza, quienes reguileteaban por los pasillos de la casona de G y 13, sede de La Colmenita, imbuidos como estaban todos en los ensayos de Abracadabra, un emotivo homenaje a los Cinco Héroes cubanos encarcelados injustamente en Estados Unidos.
Una vez en el salón de ensayos, sentados calmadamente los dos al lado de Muma, se puede percibir que no se equivocó Ian Padrón (Fuera de liga) al escoger a este trío para encarnar su nueva historia cinematográfica, la cual titula Habana Station. Y es que entre ellos tres se ha colado con el paso de los años y el crecer juntos en el colmenar, esa dulce sustancia que premia con buena estrella a cuantos la saborean: la amistad.
Es por eso que Habana Station, una cinta que celebra el descubrimiento de dos buenos amigos, solo podía ser realizada si esta corona pendía sobre sus protagonistas: Andy Fornaris, Ernesto Escalona y Claudia, a quienes se le unen, en el reparto, Luis Alberto García, Blanca Rosa Blanco, Miriam Socarrás, René de la Cruz y Omar Franco.
«Dos veces ha repetido el grado Carlos Roque, el niño a quien interpreto», cuenta Andy, y acto seguido explica los matices de su personaje: «Se trata de un muchacho que no ha sido bien guiado porque su padre está preso y su madre murió cuando él era pequeño; ha sido educado por su abuela quien le ha inculcado algunos valores.
«Carlos es bien explosivo, no piensa dos veces las cosas, así que cuando le hablan un poco alto le va arriba al que sea y le quiere dar golpes, pero eso se debe también al medio en el cual ha vivido».
Mario Arlay es la otra cara de la moneda: un alumno modelo, que es el ejemplo vivo de disciplina y amor al estudio. Ernestico, quien comparte casualmente su segundo nombre con su personaje, aclara que Mayito «es el típico “niño de papá y mamá”, quienes no quieren que su hijo se involucre y juegue con los demás, aunque en el fondo él desea salir a la calle y conocer de verdad lo que es Cuba.
«En el aula mi relación con Carlitos no era muy buena, de hecho él me caía mal porque se fajaba con todo el mundo, y yo, para evitarlo, lo ignoraba. Pero resulta que me pierdo en un desfile por el 1ro. de Mayo en la Plaza de la Revolución y termino en el reparto La Timba, donde me encuentro con él. Ese es el comienzo de una linda amistad».
A Claudia Alvariño le tocó la cercana tarea de cuidar bien de Andy y Ernestico, pues es ella quien interpreta a la maestra de la escuela a la que asisten los niños. Solo que, por esta vez, a la joven profesora no le será nada fácil hallar a sus dos educandos durante el transcurso de la historia.
No obstante, la esencia de la película sí que ha quedado prendida con claridad absoluta en su alma: «El verdadero valor radica en lo humano de las personas. A veces en la vida no es tan importante tener un play station o una supercasa, comer platos deliciosos o viajar a Varadero.
«Mayito tenía todas estas posibilidades pero nunca había empinado un papalote, ni se había bañado en un aguacero descalzo, y mucho menos había montado una chivichana inventada; esas pequeñas cosas que disfruta hacer todo niño cubano. Lo lindo de esta película es ver a dos niños que pertenecen a mundos diferentes y que pueden finalmente llegar a ser amigos, entenderse, y jugar juntos. En esto hemos puesto todo nuestro cariño».
Llegar al cine a través de Habana Station es una experiencia que Muma no olvidará jamás. Ella, que hasta ese momento había incursionado en el teatro, la televisión y la radio, de repente quedó fascinada con el rodaje, «donde no dejé un segundo de aprender, y que hizo que me enamorara aún más de mi carrera. Al mismo tiempo, fue fabuloso trabajar con Andy y Ernestico, quienes han crecido a mi lado en La Colmenita. Y claro, ello también influyó en que nos divirtiéramos todo el tiempo, porque tal parecía que Ian conocía de siempre la miel del panal de Tin Cremata».
Con el destello de su amplia sonrisa, Claudia recuerda una lluvia torrencial producida con mangueras; y aún se le hiela la vida cuando rememora la complicada escena que compartió con actores de la talla de Luis Alberto García y Blanca Rosa Blanco, quienes defendieron en el set a los padres de Mayito.
Andy tampoco puede olvidar a los amiguitos vecinos del barrio de Zamora, en Marianao, especialmente a Pulguillo, que le enseñó con paciencia cómo cuidaría Carlitos de sus palomas. Mientras, a Ernestico le brillan los ojos de pensar en los juegos de fútbol callejeros, de los que el mismo Ian no pudo prescindir, quedando los tres filmados, bajo la lluvia artificial, para los minutos del making off.
Hermosa y necesaria
Para Ian lo asombroso de su ópera prima como realizador de largometraje de ficción, fue que «los chicos se comportaron como cualquier profesional sin dejar de ser niños. Andy, Ernesto y yo nos hicimos amigos y eso es tan importante como la película misma. Creo que nuestra empatía se apreciará perfectamente en el filme».
Y Luis Alberto García, aunque todavía no ha visto el resultado final, coincide ciento por ciento con Ian. «Si Habana Station quedó como yo me la imagino, será una película hermosa y necesaria», asegura el reconocido actor, para quien constituyó un placer compartir el rodaje con Blanca Rosa, una actriz a quien admira profundamente, con Ernestico y Andy... «La relación que establecimos con estos muchachos tan fabulosos fue genial: nunca de usted a tú, ni de actor “consagrado” a niños que recién comienzan, inexpertos, porque, además, han tenido un fogueo impresionante en La Colmenita, a la que pertenecen desde pequeños. Les aseguro que resultó maravilloso trabajar con ellos».
Confiesa el protagonista de Clandestinos, Adorables mentiras y La vida es silbar, que se entusiasmó con el proyecto desde que Ian se lo puso en las manos. «A nosotros dos nos unen muchísimas cosas, más que las que nos diferencian. Ambos tenemos criterios muy similares en cuanto a la vida, el arte, la cultura. Y como todos los cubanos, me quito el sombrero ante su padre. No fue nada casual que yo dijera las palabras de elogio cuando recibió el Premio Nacional de Cine. Con esto les quiero decir que Ian es como mi hermanito menor, a quien además ya respetaba por su destacada obra como documentalista.
«Como si fuera poco, la trama me atrapó inmediatamente. Y me encantó encarnar, al lado de Blanca Rosa, al padre de uno de esos niños tan aparentemente distantes y diferentes, y tan iguales y cercanos.
«Me alegra que la valiosa Viva Cuba ya no sea la única de su tipo dentro de la cinematografía nacional, sino que comiencen a aparecer otras como esta, donde nunca faltó diversión, profesionalismo y alegría, mucha alegría».
Habana Station, que será estrenada en el mes de julio por el ICAIC como parte de sus propuestas del verano, representa para su director la película que «se hizo realidad gracias a La Colmenita, que salvó este proyecto al cual nadie quería apostarle». En él se unieron, además, entre tantas sonrisas colmeneras, las de otros inquietos como Robertico, Danielito, y Carolina, quienes tienen también momentos importantes en la historia.
Con guión de Felipe Espinet y del mismísimo Ian Padrón, fotografía de Alejandro Pérez, edición de José Lemuel y música de René Baños, Habana Station, producida por Noel Álvarez, llegará a las salas del país como la segunda película protagonizada por los niños y concebida especialmente para el auditorio infantil. Y si el público reacciona como lo hizo en Regla durante la pasada 9na. Muestra del Festival Internacional del Cine Pobre Humberto Solás, entonces preparémonos para no perdernos el próximo éxito de taquilla del cine cubano.