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Cuba trabaja por un nuevo Código de la Niñez, Adolescencias y Juventudes

La normativa mantiene como pilares básicos el derecho a la vida, a la supervivencia y al desarrollo, la participación, el interés superior de niñas, niños y adolescentes, la no discriminación y la aceptación de la heterogeneidad de las infancias y juventudes, dijo la Doctora en Ciencias Pedagógicas Marlén Triana Mederos, directora general de Educación Básica del Ministerio de Educación, al intervenir en uno de los paneles del 5to. Congreso Internacional de Investigadores sobre Juventudes

Autor:

Ana María Domínguez Cruz

Un nuevo Código de la Niñez, Adolescencias y Juventudes está en proceso de análisis y elaboración para su futura aprobación y puesta en vigor en el país como una nueva norma de desarrollo de la Constitución de la República de 2019 y en armonía con el Código de las Familias.

Así trascendió la víspera en el 5to. Congreso Internacional de Investigadores sobre Juventudes durante el panel que abordó los hitos y desafíos de Cuba a punto de celebrarse el próximo 20 de noviembre los 35 años de la aplicación de la Convención sobre los Derechos del Niño.

La Doctora en Ciencias Pedagógicas Marlén Triana, directora general de Educación Básica del Ministerio de Educación, precisó que es este organismo el rector de este proceso junto a otros ministerios y con el acompañamiento necesario de expertos, investigadores, organizaciones sociales, entre otros.

«Los referentes obligatorios han sido la propia Convención, leyes existentes en otras naciones, nuestra Carta Magna de 2019, el Código de las Familias y la Política integral de niñez, adolescencias y juventudes, que identificó problemáticas de estos grupos etarios como la desactualización de la legislación, el inicio precoz de relaciones sexuales, las elevadas tasas de embarazo adolescente, la existencia de distintos tipos de violencias, entre otras.

«El Código parte de esta política y mantiene como pilares básicos el derecho a la vida, a la supervivencia y al desarrollo, la participación, el interés superior de niñas, niños y adolescentes, la no discriminación y la aceptación de la heterogeneidad de las infancias y juventudes», acotó.

Luego de un minucioso trabajo a partir de las recomendaciones recibidas, Triana Mederos especificó que el nuevo Código reconoce a niñas, niños y adolescentes como sujetos plenos de derechos, y por tanto regulará el contenido de esos derechos, evaluará la existencia de un mecanismo de coordinación, velará por la protección y prevención de distintas formas de violencia y la situación de niños y niñas sin cuidado parental y sus alternativas de cuidado. 

Luis Alberto Hierro, oficial de Protección a la infancia en Unicef, dijo que Cuba está en un contexto normativo y político propicio para reforzar la regulación jurídica de niñas, niños y adolescentes y sus mecanismos de protección.

La construcción de un Código será un logro y aún más porque tomaremos en cuenta las voces de niños, niñas y adolescentes, agregó.

«No es un punto de llegada, sino un punto de partida para que los derechos sean aplicados efectivamente, para que los niños participen en la construcción de su marco jurídico y su implementación en diferentes ámbitos, para que se cree el mecanismo de coordinación y articulación. Muchas instituciones se dedican a proteger los derechos de estos grupos poblacionales, pero debemos trabajar más en su integración», puntualizó.

Tamara Roselló, oficial de Programa de Unicef en Cuba, recordó que Cuba firmó la Convención sobre los Derechos del Niño en enero de 1990, la ratificó en agosto de 1991 y en septiembre de ese año entró en vigor.

«Los niños y las niñas son sujetos de derechos y la voluntad política en Cuba ampara la legislación y políticas públicas», significó y luego
comentó sobre los logros existentes en el país como el acceso universal a la educación y a los servicios de salud, la protección especial en situaciones de desastre o emergencia, el trabajo por mantener entornos seguros de la niñez en el ámbito comunitario e institucional, las acciones para una mayor participación en la toma de decisiones con respecto a asuntos en los que son protagonistas.

«Si bien la cobertura de opciones para la primera infancia es aún un reto, el programa Educa a tu hijo generó espacios para los infantes y de orientación a la familia, y otros similares pueden desarrollarse con ese objetivo.

«La formación de una educación inclusiva también ha sido un logro importante con la consiguiente capacitación para los docentes y nuestro país ha sido ejemplo en la región y en el mundo», agregó.

Keyla Rosa Estévez García, directora del Centro de Estudios sobre Juventud, insistió en que los infantes deben ser respetados y escuchados, que no solo sean informados, porque así su participación está limitada. 

«Que Cuba sea signataria de la Convención no quiere decir que se cumpla todo, y los que somos parte de los entornos de infancias y adolescencias tenemos el gran reto de comprender que ellos deben marcar pautas porque hasta ahora siempre hemos sido los adultos los que redactamos leyes, documentos e informes.

«Debemos desaprender lo que hemos hecho hasta ahora y comenzar desde cero. Un país como Cuba que está en vías de desarrollo debe potenciar que las personas sean parte de las decisiones. Por eso, debemos seguir reflexionando que es un derecho importante la participación, y desarrollar la educación para la participación nos toca a todos», añadió.

Alejandro Redondo Ramos, director de la Defensoría del Ministerio de Justicia, creada recientemente, aseveró que es expresión de la voluntad del país para fortalecer los mecanismos de derechos de las personas en estado de vulnerabilidad, como es el caso de los niños, las niñas y adolescentes.

«Más del 50 por ciento de los trámites que hemos realizado hasta la fecha concierne a estos grupos etarios en cuestiones de trámites notariales, por ejemplo, y ello evidencia la importancia de proteger y restaurar derechos y acompañar a las voces que lo necesiten», apuntó.

Brindar un servicio de calidad es nuestra prioridad, afirmó. «Tenemos defensores en todos los municipios del país y eso demanda elevar la capacitación. Nuestro servicio debe ser integral y a su vez integrado, y el seguimiento a cada caso es vital», destacó.

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