12mo. Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas. Autor: Adán. D. Publicado: 01/04/2024 | 10:10 pm
Frente al mar Caribe se yergue el hotel Meliá Trinidad, en la península Ancón, una de las instalaciones más hermosas y modernas del país. En su interior, aún con olor a cascarón, fuerzas bisoñas contribuyen a dar vida a sus 200 habitaciones, sus bares y restaurantes especializados, las piscinas, el gimnasio, las salas de juego y el área dedicada a realizar eventos y reuniones profesionales.
La fuerza laboral predominante es menor de 35 años y se ha formado, por lo general, en la Escuela de Hotelería y Turismo de Trinidad, explica Yaikel Juviel Reyna, subdelegado de Cubanacán en ese municipio espirituano.
Ese plantel atrae la atención de la juventud del territorio, pues además de ser el sector del turismo uno de los de más incentivos laborales entre las propuestas del sector estatal, desde las aulas logran seducir a quienes concluyen la enseñanza técnica o están desvinculados del estudio y el trabajo».
Resulta esa la fórmula exacta para este trinitario de 29 años, ingeniero en Informática, para acercarse a las nuevas generaciones que, por múltiples razones, no encuentran el camino de ser útiles.
«Siempre pongo mi ejemplo. De alumno tuve acceso a círculos de interés en el Palacio de Pioneros, donde uno descubría profesiones y oficios que resultaban de gran valor. De esa forma, desde pequeño aprendías a amar el trabajo y el estudio. Tal vez, el acelerado paso de la modernidad nos hizo perder esa opción, que lideraba la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) con otros sectores y que, con más o menos fuerza, ayudaba a definir nuestras vocaciones».
Con las manos sobre los hombros
En la actualidad son diversas las realidades y puntos de partida de la niñez, las adolescencias y juventudes. Por tanto, pensar hoy que todos somos iguales es ilógico. Las realidades están transversalizadas por el entorno biosicosocial, pero también por limitaciones económicas familiares o del país, y hasta por separaciones dolorosas.
¿Cómo llegar hasta cada uno de los integrantes de esos grupos etarios? ¿Cómo atenderlos según sus necesidades e intereses sociales? Son desafíos en la Cuba de hoy, también para las organizaciones juveniles, en las que todos deben sentir que tienen un espacio.
Socializar las políticas de atención hacia la niñez, las adolescencias y juventudes debe ser una de las premisas del Estado cubano y sus organizaciones políticas y de masas. Que un país los conciba dentro de sus prioridades y los reconozca
como actores estratégicos del desarrollo es una garantía esencial para esos grupos y, por supuesto, para la propia sociedad.
Lo asume así el propio Parlamento. Sus diputados aprobaron en 2023 la Política Integral para la niñez, adolescencia y juventudes, adecuada al contexto demográfico y socioeconómico actual y a la necesidad de transformar la legislación en correspondencia con la Constitución de 2019.
Pero, hay una realidad: no hay garantía de su implementación de forma adecuada solo porque estén diseñadas y aprobadas a todos los niveles. De ahí que el tema forma parte de la agenda del 12mo. Congreso de la UJC.
Reconocen dos delegados al cónclave contactados para este reportaje que la atención hacia esos grupos etarios debe ser integral, inclusiva y, sobre todo, centrada en sus necesidades y derechos.
En la imbricación entre los sectores, instituciones y organizaciones de la sociedad está la clave para el diálogo con las más jóvenes generaciones, presente y futuro de la nación, asegura Juviel Reyna.
«Somos responsables de su educación, sostenida en valores, modales, civismo… Y aunque duela reconocerlo, muchas de esas expresiones se han perdido porque la propia sociedad les ha quitado valor, trascendencia. De ahí que nos corresponda tocar con las manos, por ejemplo, a quienes prefieren estar en las calles y no aprovechan las múltiples opciones de estudio y trabajo que ofrece nuestro país.
«Tienen que sentirse identificados, útiles y recompensados espiritual y económicamente. Las llamadas puertas abiertas en los centros de estudio y trabajo pueden ser una opción de impacto para seducirlos. Y cuando se sumen, no es cosa de dejarlos solos. La UJC tiene la misión de acompañarlos para conocer sus opiniones e intereses. Además, es muy necesario saber cómo pueden transformar para bien sus entornos», apuntó el entrevistado.
Al indagar sobre el tema con otros delegados, los criterios apuntan al rol de las organizaciones juveniles y sus movimientos, donde se necesita una postura meridiana en esos análisis, por ser los más cercanos a ese grupo etario.
Al respecto, Julio Emilio Morejón Pérez, profesor de Inglés en la escuela pedagógica Tania la Guerrillera, de Pinar del Río, advierte la urgencia de promover la participación activa de niños, adolescentes y jóvenes en la toma de decisiones que les afecten, de fomentar su empoderamiento y autonomía, y eso parte de la enseñanza desde la escuela, con la participación activa de las familias como ente principal de la educación en valores.
También considera necesaria la implementación de programas de prevención y atención ante situaciones de violencia, abuso, explotación y discriminación que afecten a niños y jóvenes, así como promover la inclusión social de quienes viven con una discapacidad, para garantizarles el acceso a los mismos derechos y oportunidades que el resto de la población.
«La atención social en esas edades debe ser participativa y enfocada en garantizar su bienestar integral y desarrollo pleno en un entorno seguro y protector».
En voz alta
Cada vez que Morejón Pérez se pone frente al aula siente el mundo a sus pies. Preguntas sobre temas insospechados, como si fuesen dardos, le obligan a preparase no solo en su asignatura, sino en las múltiples realidades de su entorno. Esa experiencia le permite asegurar que no siempre son suficientes y representativas las muestras que se toman para determinadas investigaciones, sobre todo aquellas que centran sus análisis en quienes residen en lugares de difícil acceso, zonas rurales, o viven en alguna situación de discapacidad.
Para este joven, quien hasta hace poco fuera presidente de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) en el país, influir en los muchachos que se mantienen desvinculados del estudio y el trabajo quizá sea una de las principales tareas pendientes de la UJC y sus movimientos.
Primero resulta vital identificar las barreras individuales y estructurales que impiden ese vínculo con la educación o el empleo: «Creo que debemos mirar detalladamente en qué momento llegamos hasta ellos y qué oportunidades y posibilidades les ofrecemos».
En estos tiempos complejos, la UJC no puede perder su esencia como guía política de los noveles, recalca el estudiante de Medicina y presidente de la FEU de la Universidad de Ciencias Médicas, Roger Alejandro Leyva Poblador.
Desde su criterio, toca ampliar su espectro, tejer alianzas con otras entidades y defender ante la sociedad una mirada diferente y diferenciada a las problemáticas y situaciones que puedan vivir los nuevos en el complejo contexto actual.
Otros jóvenes, como el comunicador santiaguero Rey Luis Correa, insisten en que esas políticas que se diseñan para la juventud, y su implementación, se den a conocer por todas las vías posibles, a fin de que nuestros jóvenes, militantes o no, puedan opinar sobre ellas para contribuir a enriquecerlas, y que no falte el seguimiento a estos temas en las estructuras juveniles.
Cómo armonizar la natural necesidad de vivienda de un joven con aspiraciones y la de una madre de descendencia numerosa, cómo darles seguimiento a los muchachos que hoy crecen en nuestras escuelas para evitar que caigan en situaciones como el delito, el vandalismo o el consumo de drogas, son preguntas cuya respuesta, según el radialista santiaguero, no puede encontrarse sin un accionar más protagónico de la organización juvenil. Solo así logrará representar a todos los noveles en todas las circunstancias.