La provincia con más entidades incorporadas a la modalidad de caja extra es Holguín. Autor: Nelson Rodríguez Roque Publicado: 20/01/2024 | 08:09 pm
HOLGUÍN.— Su novia lo espera en el mercado industrial Las Novedades, mientras Frank Batista, trovador tunero de visita en la Ciudad de los Parques, aprecia que no hay cola y siempre en los cajeros automáticos es lo contrario.
«Vi que es más fácil sacar dinero y eso ayuda —refiere el joven. Quería comprar unos «peters», por un valor de mil pesos, que tenía en tarjeta, y un vendedor ambulante se negó a cobrarme por transferencia».
Así se entendió con la caja extra el joven, seguido por la mirada de Ana María Góngora, dependienta integral por 23 años allí: «En la tienda, durante las ocho horas laborales se presta el servicio en todos los departamentos. Según vendamos, habrá disponibilidad de efectivo. Donde se ofertan lejía, confecciones, plomería, ventiladores, talcos, frazadas de piso y otros productos, el flujo es constante».
En el país, de acuerdo con directivos nororientales del Banco de Crédito y Comercio (Bandec), la provincia con más entidades incorporadas a la modalidad es Holguín: dispone de unas 1 500, que cuentan, por distintos canales, con más de 100 000 operaciones y han movido más de 300 millones de pesos por ese concepto.
Los méritos estadísticos los ratifica Yanexi Rodríguez, directora de Operaciones del Grupo Empresarial de Comercio en el territorio, quien señala que «actualmente, de 2 200 establecimientos, ya 1 285 emplean el servicio. Se ha incentivado no solo en la actividad de ventas de mercancías (en bodegas se concentra el número predominante), también se insertó en la gastronomía, en restaurantes y otras instalaciones».
Para dejar listo un local han de implantarse pasarelas de pago, considera la máxima responsable de Operaciones: «El efectivo originado de ventas se chequea, para que desde la organización se llegue a segmentos más amplios de la población. Hemos estipulado extracciones de hasta 5 000 pesos. Esa acción se convierte, incluso en medida de control. Cada lugar posee un fondo de cambio, que no tiene que ver con el efectivo que va cayendo de respaldo a caja extra».
¡Extra, Extra!
Cuatro horas caminando, padeciendo lesiones en los pies, agotan a Rita Claro, jubilada holguinera que requiere de efectivo para muchas de sus necesidades, mes por mes: «Cuando vas a una unidad de Comercio y pides el servicio, muchas veces te dicen que no hay dinero, esperando propinas que no puedo dejar. En algunos departamentos, te comunican sus trabajadores que no pueden atenderte, toda vez que no saben acceder a las plataformas.
«He ido a tiendas de víveres donde justifican con que no cuentan con dinero, ya avanzada la jornada y en plena venta de mercancías. Todavía una encuentra dependientes que conversan demasiado entre sí, y se contrarían y te hablan en mala forma, como si te estuvieran haciendo un favor».
Otra opción que se le dificulta a la holguinera es cobrar en sucursales del Banco Popular de Ahorro (BPA), ya que las colas son tan complejas como las de los cajeros y muchas veces le argumentan que el dinero disponible es insuficiente y la espera para que este llegue se alarga.
Con otros criterios desfavorables se pronuncia Humberto Ricardo, a quien las notificaciones de Transfermóvil en ocasiones se demoran o nunca llegan, y su esposa lo «asesora», cuando sale a esas gestiones y hay que revisar la opción de últimas operaciones, para comprobar: «Llegas a una bodega y te comentan que no han vendido nada, eso es lo común. Y otro tanto te ocurre en un mercado industrial e informan que la compañera que atiende la caja extra aún no ha llegado o que no totalizan el efectivo que solicitas».
Yolaisis Fernández, enfermera mayaricera que cursa una especialidad en el municipio cabecera, opina que la caja extra es una comodidad, porque cuando los cajeros no funcionan con normalidad, «se puede extraer dinero en efectivo, para poder comprar algo luego. En una tienda en el reparto Sanfield y una cafetería en que meriendo accedo a esta, y sus trabajadores me orientan con gentileza».
Al vecino de El Cruce de El Coco, Abdiel Rodríguez, le ha sido útil, «pues he venido hasta los cajeros del centro del pueblo y pocas veces he logrado extraer dinero. He hecho incluso colas grandes y, cuando me va a tocar, se acabó el efectivo. Pero he ido a bodegas y he resuelto el problema, me han tratado bien y salgo satisfecho».
El dependiente Rolando Rojas, de la bodega La Quemazón, una de las primeras unidades de su tipo asociadas al comercio electrónico en la provincia, alega que «diariamente, damos la posibilidad de adquirir efectivo. Vienen consumidores mañana y tarde. Nos capacitaron por la Empresa unos tres días. Cuando se venden cigarros, canasta básica y productos liberados, entregamos mayores montos».
Al Banco, Sin Escalas
Resaltan en Holguín, además, en el uso de la modalidad —aprobada en la Resolución 231/2021 del Banco Central de Cuba— establecimientos pertenecientes a Cupet, Farmacias y Ópticas, Correos de Cuba, Palmares, la hotelería, la Cadena Cubana del Pan o diez nuevos actores económicos sumados. Y algunas empresas que administran puntos de ventas se han añadido.
Álvaro Suárez, especialista de Banca Electrónica en la dirección provincial de Bandec, declara: «La caja extra sucede cuando el banco autoriza a un corresponsal no bancario a prestar ese servicio. Que se hace acompañar por un uso eficiente desde su comienzo en 2022, como alternativa a la red de cajeros automáticos, que no es amplia y sus componentes son muy caros.
«Al desplegarla mediante un código que puede establecerse en formato impreso, no se requiere de conectividad para funcionar; solo conectividad para el cliente que efectuará la operación, así que no está sujeta a caídas de líneas, como los cajeros».
Más elementos aporta Hilda Mora, jefa de departamento de Banca Electrónica de la dirección territorial de BPA: «A raíz de la situación energética de 2022, se activó en nuestras oficinas bancarias. Se les creó el código QR a sucursales (hay 26 distribuidas por todos los municipios), cajas de ahorro y áreas anexas. Los clientes, a través de Transfermóvil o EnZona, empezaron a retirar efectivo. El acceso a la población ha sido numeroso en operaciones, las cuales nunca rebasan los 5 000 pesos y, excepcionalmente, se le autorizan a alguien dos operaciones hasta similar límite, dentro de los bancos, en la misma fecha».
Empresas estatales y nuevos actores económicos, a partir de la Resolución 111 emitida por el Banco Central el 2 de agosto último, tienen derecho a prestar el servicio.
«El Banco les paga una comisión de un 0.5 por ciento por el monto total y un peso por operación realizada. De ese modo, no necesitarán ir a depositar en sus cuentas bancarias fiscales o en las corrientes de entidades. Esos importes entran directo a cuentas corrientes existentes en cada banco», añade Mora.
Se ha tratado de buscarles incentivos a los trabajadores del Grupo Empresarial de Comercio: ha sido propuesto un sistema de pago que reglamenta que, por cada acción efectuada, se produzca una remuneración. El pilotaje ya inició en algunas unidades empresariales de base. Por cada operación, el banco aporta un porciento de dinero, del cual surgirá el estímulo individual.
En recorridos efectuados, JR comprobó el desconocimiento acerca de las bondades de la caja extra, palpable en personas en colas frente a cajeros automáticos, existiendo una bodega en la esquina que ofrece el servicio o una tienda industrial con incesante presencia de compradores y estantes relativamente surtidos.
Limitantes en la red de cajeros automáticos y resistencia al cambio de actores económicos (partidarios del flujo mediante efectivo), tanto estatales como privados, le dan más vida a la modalidad, que ahora supera el papel de complemento, por tanto hay que diversificarla espacialmente y engrasarle mecanismos, dígase divulgación, prestaciones, atención al público, transparencia y otros. Convertirse en corresponsal no bancario conlleva facilitarles actividades autorizadas a los clientes, solo así verdaderamente «cuadrará la caja».