Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Catando Catar

Pienso que esta vez el cubano ha estado más cerca de sentirse parte de un mundial, aunque entre Cuba y Catar disten aproximadamente 12 425 kilómetros

Autor:

JAPE

Sería iluso, y hasta un poco desvergonzado, hablar de otra cosa que no sea de fútbol. Se impone el tema porque ya se disfruta, y se sufre, con el Mundial del deporte más popular del planeta, que tiene lugar en Catar, un país del Medio Oriente (nada que ver con nuestra región oriental) en este 2022.

Resulta interesante cómo toda nuestra fanaticada se desdobla y se convierten en profundos y leales seguidores de las representaciones de los diferentes países, aunque jamás hayan estado en sus predios e incluso ni siquiera sepan su localización en el globo terráqueo. Para nada critico esta feliz solución que ha encontrado el cubano ante la disyuntiva de no tener equipo representativo como país en dichas lides, algo que seguirá ocurriendo por mucho tiempo. Por suerte, en el béisbol los equipos mundialistas que siguen marcando pauta están bien localizados en el planisferio.

Pienso que esta vez el cubano ha estado más cerca de sentirse parte de un mundial, aunque entre Cuba y Catar disten aproximadamente 12 425 kilómetros. Y como pedían en las antiguas pruebas de control parcial, argumento mi planteamiento:

Gracias a los convenios y gestiones de nuestra televisión y sus directivos tendremos la posibilidad (algo que significa un lujo para muchos en el mundo) de poder disfrutar íntegramente, con transmisión en vivo, de los 64 partidos que se disputarán en esta cita. O sea, que no tendremos que pagar por uno de los sitios que ocupan millones de personas, procedentes de todos los puntos cardinales, en los ocho estadios designados al efecto.

Algunos fanáticos que han pagado grandes sumas de dinero, para disfrutar y gozar de lo lindo en tierra catarí, se han quejado por la prohibición de bebidas alcohólicas y el consumo de carne de cerdo en los estadios y sus alrededores. Estas disposiciones, que tanto afectan el modo de asumir la «gozadera» para muchos de manera internacional, existen y forman parte de las costumbres de dicha región desde tiempos remotos, sin embargo, para nada ha afectado a los hinchas cubanos. Hasta ahora no he escuchado a nadie comentar, ni siquiera en el genial espacio Pasión Mundial, en Tele Rebelde, que haya disfrutado de la transmisión de alguno de los partidos degustando de unos chicharrones y algunas cervezas frías. No creo que los actuales precios de la carne de cerdo y las bebidas alcohólicas en Cuba dejen a nadie disfrutar de un encuentro, aunque su equipo le esté propinando una goleada al contrario.

Otra de las ventajas que tenemos a nuestro alcance se refiere a la tranquilidad con que se puede disfrutar un partido. Piense en esto: si usted ahora mismo fuera parte de la inmensa multitud que abarrota los estadios tendría que asumir toda la algarabía que se forma a causa de la pasión y la adrenalina que fluye en cada espectador. Si su equipo no está ganando o le molesta tanta bulla no puede hacer nada. Nosotros tenemos a favor que la mayoría de nuestros narradores y comentaristas que están a cargo del Mundial son buenos y dominan las profundidades de dicho deporte, pero si por casualidad les toca ver un partido donde el narrador, lejos de narrar solo hace gritar y demostrar que se sabe el mote de todos los futbolistas, además de implantar su favoritismo y evidente parcialidad por algún equipo o jugador, sin mostrar el más mínimo respeto a la imparcialidad que reclama su profesión, pues simplemente baja el volumen y sigue disfrutando del partido.

Para finalizar les tengo una buena noticia. Según pude constatar en las redes, hace apenas un siglo Catar era un pequeño estado del Golfo con tres millones de habitantes asentados en menos de 12 000 km². Pescadores y recolectores de perlas, donde la mayoría eran nómadas, viajeros de los extensos desiertos de la península arábiga. Hoy, sin ni siquiera contar con un equipo competitivo, es la sede del Mundial de fútbol más grande de la historia, así que: ¡saque, usted, sus propias conclusiones!

Comparte esta noticia

Enviar por E-mail

  • Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
  • No se admitirán ofensas, frases vulgares, ni palabras obscenas.
  • Nos reservamos el derecho de no publicar los que incumplan con las normas de este sitio.